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Diario YA


 

una pica en flandes

El Madrid, CR7 y el imperio del monopolio

Rafael Nieto. 12 de junio. Hace algunas semanas, me mostré partidario de poner a Florentino Pérez en el Palacio de La Moncloa. Pero no con un proceso democrático al uso (es decir, con urnas y todo eso), sino manu militari, por el Bien Común, por incomparecencia del rival, por sentido común, porque sí. Después del fichaje de Cristiano Ronaldo por el Real Madrid, creo que España tiene la obligación inexcusable de tirar de talonario, y fichar a Florentino. Y si para ello hay que endeudar a unas cuantas generaciones de paisanos, sea; pero este tío es la leche.

Y no crean que esto es sólo la expresión de felicidad de un madridista confeso que empieza a imaginarse la tripleta “Kaká-Cristiano-Villa” en el Nou Camp, con Laporta rezando a San Cucufato en el palco culé. No, no. Es el convencimiento de que Emilio Butragueño Santos exageró, pero poco, cuando calificó al entonces y ahora presidente merengue como “un ser superior”. Si debajo del Ser Supremo podemos admitir grados de excelencia en el intelecto o las cualidades, sin duda uno de ellos corresponde al máximo responsable de la constructora ACS.

Observen ustedes la jugada: mientras otros presidentes de clubes de fútbol hacen esfuerzos ímprobos por contratar a un tuercebotas por temporada (matadores búlgaros, killers venezolanos, mediocentros de Bolivia y otras estridencias), aquí mi primo se trae en el mismo verano a Kaká, Cristiano Ronaldo y algunos más que están en la agenda y que, según los entendidos, son fruta madura. ¿Objetivo?, hacer en un año el gasto en fichajes de tres temporadas para que los “cracks” se acoplen al grupo a la vez. O sea, para 2012, los nuevos “galácticos” se conocerán como hermanos siameses.

Florentino ha logrado varias cosas al mismo tiempo: ilusionar a millones de madridistas en el mundo que estaban (estábamos) hasta el trigémino de escuchar el himno del Barça en las radios horteras; desactivar la euforia azulgrana; mover el mercado de fichajes, poniendo mucho dinero en circulación con el fin de pescar en río revuelto; hacer una inversión inteligente en jugadores “mediáticos” que harán recuperar, vía publicidad, el dinero que han costado; y lo que es más importante: demostrar que con cabeza, con talento y con capacidad de gestión se puede uno reír de la crisis, e incluso neutralizarla.

Insisto, y perdonen que les dé la murga con esto: ¿por qué tenemos que soportar en el Gobierno a tanto zote integral, a tanto mediocre puro, a tanto zascandil analfabeto, a tanta indocumentada y a tanto zángano, habiendo, como hay, hombres capaces de conseguir casi todo lo que se proponen por el bien de los demás?, ¿no les parece que es llegado el momento de jubilar los discursos ideológicos caducos, las peroratas llenas de topicazos, las promesas que nunca se cumplen, y apostar por gente trabajadora y capaz, seria y solvente, dispuesta a compartir sus buenas ideas con el resto de la Humanidad?

Ríanse si quieren, pero tarde o temprano esto tendrá que llegar. No es posible que los ciudadanos tengamos que conformarnos con tan poco. Tendrá que acabarse esto de votar cada cuatro años a una casta corrupta de iletrados, impotentes e incapaces ante los problemas de los españoles. Quizá nuestros nietos vean en el poder a los mejores, una meritocracia en la que el Estado sólo sea accesible para aquellos que demuestren estar por encima de la media, no sólo en inteligencia, también en honradez y decencia. Quizá para ello, los ciudadanos de hoy tengamos que desmontar esta farsa en que vivimos que algunos llaman, quizá irónicamente, democracia. 

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