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Diario YA


 

Podemos, un cáncer social y político

Gustavo Vidal.  No es casual que todos los países que sintonicen con gobiernos de análoga onda a la de Podemos, (Grecia, Venezuela, Argentina, etc) degeneren en moribundos sistemas desangrados por ruinas económicas y agostamiento de libertades.

CASTIGAR EL ESFUERZO, PREMIAR LA VAGANCIA Y SANTIFICAR A QUIEN MÁS SE QUEJA Muchas veces, las causas de la penuria de una nación no deben buscarse en sesudos estudios sociopolíticos ni en espirales de gráficos económicos. Simplemente, las prácticas populistas de penalización del mérito y el esfuerzo, así como el castigo al trabajo y sus frutos, acarrean las referidas y penosas consecuencias. Así, quien prospera por sus exclusivos medios, por poco que sea, resulta sospechoso y debe ceder parte de lo suyo a quien se queja por tener menos.

De hecho, no resulta infrecuente presentar como un valor el ganar menos. Eso sí, jamás se preguntan porque uno gana más y el otro menos, habida cuenta que la respuesta desmoronaría su peculiar sectarismo. Consecuencia de lo anterior, suelen excretar medidas tan atolondradas como considerar rico a quien gane más de cincuenta mil o sesenta mil euros al año y, por tanto, sujeto pasivo de un gravamen que puede llegar a la mitad o más de sus ingresos. La experiencia enseña que la referida cantidad se obtiene, en su mayor parte, por valía y mérito. No es un regalo. En este sentido, arrebatar más de la mitad del fruto del trabajo a alguien para entregarlo a otro (que casi siempre ha tenido iguales oportunidades) no es defender a los trabajadores, sino todo lo contrario. En realidad es castigar a quien produce y es disciplinado para “premiar” a quien no suele serlo.

Es decir, en vez de defender a quien es trabajador, constante, laborioso, sacrificado... se le esquilma para beneficiar a quien no lo es. De este modo, los populistas ganan una gran clientela en tiempos de crisis y entre gente frustrada, rabiosa o celosa, sin importarle la desmotivación que siembran entre quienes, realmente, pueden engrandecer la sociedad. Lo anterior, sin embargo, es lógico… los grupos como Podemos se nutren del descontento, la ira, la envidia y la promesa o realidad de repartir el maná del Estado. A sensu contrario, una sociedad próspera, libre, donde se premie la excelencia, representa una atmósfera letal para Podemos y cualquier populismo análogo. Obviamente, nada se asemeja más a un cáncer en lo social y político que desmotivar a quien aspira a hacer valer el mérito, la capacidad, el esfuerzo y el sacrificio, a la par que se premian la desidia, el compadreo y la falta de mérito. Esta lacra, lenta pero inexorablemente, aniquila cualquier sociedad.

DE ALEJARSE DE LOS PROSTÍBULOS AL ¿QUO VADIS PSOE? Los antiguos socialistas españoles adoptaron un emblema significativo: tintero, plumín, papel y yunque. La razón estribaba en la simbología, esto es, el trabajo duro, la perseverancia, el sacrificio, el esfuerzo, el afán de mejora… Así, el “proletario” debía conjugar el sudor de su trabajo con el estudio y la formación en el tajo de la voluntad. La redención consistía en crear las condiciones para que los trabajadores pudieran forjar su futuro y además se les exigía mantenerse alejados de tabernas y prostíbulos, de vicios y blandenguería. Nada repelía más a aquellos justamente llamados “socialistas heroicos” que la nutrida horda de bocones de cantina, refractarios a la menor superación y a la espera de aprovecharse del sudor ajeno. La repugnancia que este colectivo les inspiraba superaba con mucho incluso el natural rechazo hacia el empresario explotador. Pues bien, tras estudiar exhaustivamente el movimiento obrero y el legado de sus líderes, solo puede concluirse que aquellos habrían “corrido a gorrazos” a toda la poco ejemplarizante fauna de perroflautas, chonis, ni-nis y okupas que hoy, envalentonados, han emergido del subsuelo dispuestos a “sanguijuelear” el trabajo ajeno, pues no otra cosa son las promesas de Podemos, ya aparezca con sus siglas o travestido de “mareas” y “ahoras”…

Trágicamente, el PSOE ha pretendido “domesticar” a Podemos y su entorno con la intención de devorarlos…. ¡Pero qué ingenuidad e ignorancia! Ante esta clase de colectivos, amamantados en la leche (muy mala, por cierto) del marxismo-leninismo solo cabe establecer una nítida frontera y no proporcionarles ni una molécula de oxígeno, por no hablar de los pactos en Madrid, Castilla La Mancha… ¡Cuánta torpeza ante un adversario que podría haber sido desactivado con facilidad hace ya tiempo!

“ALGUIEN TIENEN QUE ARREGLARME LO MÍO, OIGA” Uno de los elementos más cancerígenos de la llamada “nueva política” de izquierdas es el rechazo a la responsabilidad personal, individual. Así, la responsabilidad por la mala situación de cada cual no radica en los errores propios, en la mala cabeza, la incapacidad, la falta de mérito, los vicios, etc, sino en terceros, generalmente la banca, empresariado o los gobiernos. Esa postura conlleva la socialización de problemas exclusivamente personales que cada uno debe resolver personalmente. Está muy bien que si alguien es golpeado por el infortunio (una grave enfermedad, ser víctima de delitos violentos, etc), la comunidad responda, pero trasladar al resto de ciudadanos el coste de decisiones personales de otros se antoja totalmente injusto, sobre todo cuando no pocas veces tales decisiones no fueron responsables ni acertadas. Pero incluso cuando la desdicha derive de un tercero, debe ser ese tercero y no el conjunto de la sociedad quien responda. Desgraciadamente, Podemos y los suyos van sembrando la idea de que cuando las cosas te van mal, el Estado (o sea, los demás) te lo tiene que arreglar y correr con los gastos. Puede que exista un sistema más eficaz para extender la irresponsabilidad y sus perniciosas consecuencias. Puede, sí, pero es desconocido a día de hoy.

PENALIZAR AL TRABAJADOR PARA BENEFICIAR AL NO TRABAJADOR Partidos como el Syriza griego, el partido de Chávez y Maduro en Venezuela o el Podemos de España se venden como beneficiosos para el trabajador pero, en la práctica, perjudican a quien realmente trabaja o quiere hacerlo, y son tan solo un guiño a embozados sentimientos de frustración, rencor o envidia, lamentablemente enraizados en nuestras sociedades y manipulados por populismos.

Ciertamente, lo que engrandece a una sociedad y sus miembros, lo que impulsa la prosperidad (atmósfera irrespirable para Podemos y sus análogos) es la cultura del esfuerzo y la responsabilidad personal, el ensalzamiento del mérito y la capacidad, la recompensa por el sacrificio porque, no debe olvidarse, para lograr algo casi siempre hay que renunciar a otro algo que nos gusta… en suma, un pueblo se hace grande y próspero premiando a quien realmente trabaja, pero se empequeñece y arruina cuando el esfuerzo personal resulta exiguo o infructuoso y el premio se entrega a quien ha hecho su medio de vida del lloro, cacareo de asamblea/plataforma y refracción al sacrificio y el esfuerzo.

La filosofía (más bien antifilosofía) de partidos como Podemos no puede, por tanto, resultar más letal: “Jamás reflexione usted sobre la causa de sus problemas porque si está usted mal es por culpa de otros que tienen más. Pero no se preocupe, si nos vota, le devolveremos lo que esa mala gente le ha robado porque usted tiene derecho a ello”. El final, siempre trágico, de los puebles que adoptan este esquema es la inmigración masiva y/o la desmotivación de las personas más dotadas y valiosas; por el contrario, los irresponsables y perezosos se crecen exigiendo (y obteniendo) derechos sin obligaciones. En ese escenario, el conjunto de la sociedad emprende una lenta pero constante cuesta abajo que abisma hacia la inseguridad jurídica, la restricción de libertades y la ruina…. Como acertadamente exclamara el ingeniero del Titanic al ser informado sobre las vías de agua: “Con esta clase de impacto, el barco se hundirá pero no por mi opinión… sino porque es una certeza matemática”.

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