Daniel Ponce Alegre. Teólogo y Antropólogo. Delegado en Levante de Diplomacia S. XXI. No tengo la intención en este artículo de extenderme ni decir mucho más de lo que ya se ha dicho, y he escrito en este Diario, al respecto del Centenario del Genocidio de los 1.500.000 cristianos armenios, genocidio que estuvo enmarcado en el igualmente genocidio de los 800.000 cristianos caldeos asirios, y de otras minorías cristianas como las coptas o maronitas, todas ellas a manos de los musulmanes turcos del Imperio Otomano, la actual Turquía que sigue sin reconocer dicho genocidio como tampoco lo reconocen nuestro país, España, ni el Estado de Israel, qué vergüenza para los judíos, ni EE.UU... y que ya es hora que lo hagan por encima de sus vergonzosos intereses cortoplacistas.

Mi intención es instar a la justicia, a que la verdad sea puesta en alto y de manera visible, a pesar de los intereses aparentemente en contra que puedan tener los gobiernos en un momento dado.

Se debe reconocer en primer lugar y por delante de todo que el genocidio que se cometió entonces no fue una simple limpieza étnica a lo Milosevic, Pol Pot o Mao, sino que fue una eliminación de cristianos, pues así nos lo indica la situación contextual de genocidios del mismo tipo, a manos de musulmanes que entonces no habían perdido el tan ansiado por ellos ahora, " al Jalifa " el Califato o Gobierno Musulmán.

Es una limpieza motivada por el odio a la Verdad de Dios que se reveló en el mundo finalmente mediante Jesús de Nazaret, el Mesías y Cristo Prometido desde el principio ( Génesis 3: 15 ) y después al rey David y a los profetas de Israel hasta los tiempos del Profeta San Juan en el libro del Apocalipsis.

¡ Nada después fue revelado y nada será revelado hasta la Vuelta del mismo Cristo Jesús por Voluntad del Padre, Jahvé !.

En esta misma revelación, a los cristianos se nos indica que debemos saber, recordar y hasta cierto punto esperar que es muy posible que seamos rechazados, despreciados y asesinados de la forma más horrible por encima de cualquier crimen enmarcado en una guerra convencional, pues el crucificar, quemar, llevar al desierto y dejar morir de hambre no queda enmarcado en un genocidio rápido y eficaz, sino que indica algo más allá, algo de fondo, y es el desprecio a la Verdad de Cristo y a los cristianos que hay tras la génesis del Islam y de sus seguidores como se observa en una exégesis profunda del Corán.

No nos dejemos cegar por otras causas que los partidos de izquierdas, y los que se avergüenzan de Cristo y de decir que son cristianos, proponen al decir que la causa fue el simple hecho de ser de un pueblo como el armenio pues los masacrados por los turcos fueron muchos cientos de miles más que no eran armenios como he dicho antes; recordemos para terminar las palabras del texto que antes he citado de Génesis 3.15:

" pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella; él te aplastará la cabeza y tu le magullarás el talón ".

Mientras esperamos que Jesucristo, como Rey del Reino de Dios con poder y gloria, aplaste la cabeza de Satanás, nosotros los cristianos sufriremos persecución y horribles ejecuciones y muertes; pero recordemos que tras la resurrección de los muertos, cuando volvamos con nuestros seres queridos a la vida en un mundo sin violencia, sin injusticia y sin religión falsa como nos muestra el libro del Apocalipsis, " las cosas anteriores no serán recordadas ni subirán a nuestro corazón ". Ven Señor Jesús. Amén.