Enrique De la Puente El trabajo del analista es establecer correlaciones entre distintos hechos y sacar conclusiones. A veces no parece que los hechos puedan tener ningún tipo de relación, pero el registro continuado de los mismos pueden poner en evidencia que sí la hay; entonces es fácil establecer la correlación. En otros casos la detección de pequeñas analogías o coincidencias permite al buen analista llegar también a conclusiones.

En ambos casos se puede explicar un suceso o lo que es mejor, predecir el que se vaya a producir. Existe el azar, claro que sí, a veces las cosas pasan por casualidad y los que hemos trabajado en la representación virtual de la realidad lo hemos tenido en cuenta, introduciendo esa posibilidad mediante funciones aleatorias, que simulaban la existencia de esas casualidades. Pero cuando el analista hace su trabajo, hay veces en las que detecta las correlaciones entre algunos hechos, determinando que no son “casualidades”.

¿Alguien puede creer que la intrusión en el domicilio del fiscal recién nombrado para el puesto de Fiscal Anticorrupción sea una casualidad? ¿Qué el hecho tenga lugar durante la toma de posesión sea una casualidad? ¿Que la mujer de servicio no cierre con llave la puerta de la casa, según he leído en un periódico, sea una casualidad?

¡Venga ya! En los últimos tiempos hemos tenido pruebas de espionaje de unos partidos a otros o entre distintos miembros de un mismo partido; se han creado escenas con distintos personajes para “cazarlos” en situaciones que permitieran extorsionarlos después, condicionando lo que pudieran hacer o decir. Es triste pero es una realidad, que está implantada en nuestra actual sociedad y lo peor de todo es que al estar politizados los distintos poderes, que en teoría deberían ser independientes, no existe el control que unos podrían ejercer sobre otros.

Las instituciones, que deberían ser garantes del bien hacer son a veces protagonistas de esas “casualidades” y hemos visto cómo se han producido filtraciones desde los cuerpos de seguridad del Estado o de algún juez, que no ha guardado la reserva adecuada, estamos viendo cómo se presiona desde el Gobierno de alguna Autonomía en una determinada dirección y la última cosa que vemos es el asalto al domicilio del nuevo juez anticorrupción. ¿Vamos a creer que son casualidades? ¡Venga ya!