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Un mensaje de esperanza a los americanos

Redacción Madrid. 21 de enero.

    Barack Hussein Obama escribió este martes un nuevo capítulo de la historia al convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos. Siguiendo el mismo guión de sus antecesores, el nuevo mandatario juró su cargo en las escalinatas del Capitolio ante la atenta mirada de su familia y de millones de personas. Obama aprovechó su esperado discurso de investidura para recordar los grandes retos que tiene por delante el país, con mención especial a la crisis económica y a las guerras en Irak y Afganistán, y para enviar un mensaje de esperanza al mundo y una advertencia a los enemigos de Estados Unidos.

   El momento más simbólico del día llegó minutos después del mediodía. Visiblemente emocionado y nervioso, el nuevo presidente juró su cargo sobre la misma Biblia que utilizó casi 150 años antes uno de sus máximos referentes políticos, Abraham Lincoln. "Yo, Barack Hussein Obama, juro solemnemente cumplir con fidelidad el cargo de presidente de los Estados Unidos de América, y hacer todo lo que esté a mi alcance para preservar, proteger y defender la Constitución. Con la ayuda de Dios".

   Sin duda lo que todo el mundo estaba esperando, desde el mismo momento en que en la noche del 4 de noviembre se supo que había ganados las elecciones, eran sus primeras palabras como presidente, y una vez más volvió a demostrar las dotes de orador que le hicieron famoso desde que comenzó la carrera a la Casa Blanca. Obama pronunció un bonito discurso dirigido especialmente a sus compatriotas pero con tiempo suficiente para dirigirse al mundo, consciente de que todas las miradas están puestas en él.

   El flamante presidente comenzó su intervención haciendo un llamamiento a sus conciudadanos para que trabajen conjuntamente para conseguir un nuevo "renacimiento" del país que permita restaurar la prosperidad en el interior y la paz en el mundo. "Hoy os digo que los retos y desafíos que tenemos por delante son reales, muchos y muy difíciles. No será fácil cumplirlos a corto plazo. Pero sé algo, América, serán cumplidos", afirmó.

   Obama mencionó los grandes desafíos que quedan por delante para enfrentar la crisis económica sin precedentes que vive el país, de la que culpó tanto a la "avaricia e irresponsabilidad de algunos" como al "error colectivo" de no tomar decisiones "duras" y preparar al país para una nueva era. Así, repitió la misma idea que viene mencionando en las últimas semanas, que el trabajo para "reconstruir Estados Unidos" es muy grande.

   MENSAJE AL MUNDO

   El nuevo mandatario también se dirigió al mundo para ofrecer una nueva forma de entender las relaciones internacionales. "A todos los otros pueblos y gobiernos que nos están viendo hoy, desde las capitales más grandes hasta la pequeña localidad donde nació mi padre, sabed que América es amigo de todos los países y todos los hombres, mujeres y niños que buscan un futuro de paz y dignidad, y que estamos dispuestos a liderar una vez más".

   Según Obama, el fascismo y el comunismo se derrotaron "no sólo con misiles y tanques, sino con alianzas sólidas y convicciones duraderas", tras lo cual aseguró que Estados Unidos comenzará "a dejar responsablemente Irak a su pueblo y a forjar una paz duramente ganada en Afganistán". También se comprometió a trabajar "sin descanso" con los "viejos amigos y antiguos enemigos" de su país para "aliviar la amenaza nuclear y reducir el espectro de un planeta en calentamiento".

   Pero el nuevo presidente también envió un mensaje "claro y contundente" a los enemigos de Estados Unidos. "No vamos a pedir disculpas por nuestra forma de vida ni a titubear con nuestra defensa, y para los que quieran lograr sus objetivos induciendo al terror y asustando a inocentes, que sepan que nuestra determinación es más fuerte", aseguró. "Nuestros espíritu es fuerte y no puede ser roto. No podréis vencernos, nosotros os derrotaremos"", advirtió.

   Por último, Obama recordó a todos los que consiguieron "la grandeza de nuestra nación", a los que "cruzaron océanos", se establecieron en el oeste, "lucharon y murieron" en guerras, trabajaron sin descanso porque "vieron América como algo mayor que la suma de  nuestras ambiciones individuales". Por ello, instó a seguir "ese camino". "A partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo, y comenzar de nuevo el trabajo de reconstruir América", sentenció.

   ALMUERZO Y DESFILE

   Una vez concluidos los actos oficiales en las escalinatas del Capitolio, el nuevo presidente y su esposa despidieron al matrimonio Bush en las puertas del Congreso, cuyos líderes ofrecieron acto seguido un almuerzo de gala en honor a Obama. La nota triste de la jornada fue el desmayo que sufrió el senador Ted Kennedy, enfermo de cáncer desde hace meses, en mitad de la comida, por lo que tuvo que ser trasladado de urgencia a un hospital, aunque ya está consciente y respondiendo a preguntas.

   Obama, que dedicó unas palabras de recuerdo al senador Kennedy y a su familia durante el tradicional brindis antes de concluir el almuerzo, apeló a la responsabilidad de los líderes del Congreso. Aunque no lo mencionó, el nuevo presidente seguro que tenía en mente el plan de estímulo con el que quiere sacar adelante al país, cifrado en más de 800.000 millones de dólares y que antes debe ser aprobado por la Cámara de Representantes y el Senado.

   Otro de los momentos más esperados del día fue el desfile desde el Congreso hasta la Casa Blanca, sobre todo para los entre dos y tres millones de personas que salieron a las calles de Washington para vivir de cerca el histórico acontecimiento, rodeados de extremas medidas de seguridad, en el que Barack Obama y su esposa finalmente decidieron recorrer a pie parte de los tres kilómetros del recorrido por la Avenida Pensilvania.

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