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Sir Matthew Festing, ha supuesto por parte del Papa un duro golpe no sólo a la muy querida y respetada persona del noble caballero y aristócrata británico

Tras el cese del Gran Maestro de la Orden de Malta ( I )

Daniel Ponce Alegre. Teólogo. El cese del hasta hace unos días Gran Maestro de la Orden de Malta, Sir Matthew Festing, ha supuesto por parte del Papa un duro golpe no sólo a la muy querida y respetada persona del noble caballero y aristócrata británico de 67 años, máximo responsable de la Soberana y Militar Orden de Jerusalén, de Rodas y de Malta ( cuyo cargo máximo es religioso, de Jefe de Estado y vitalicio ) sino también a la propia Institución y, al mismo tiempo, a la santidad de la Iglesia de Cristo.

Con este gesto Francisco ha demostrado una vez más que su " sencillez y cercanía " en las formas y con los más desfavorecidos es mera apariencia para distraer de los objetivos de fondo, como está haciendo con los temas relacionados con la familia, la comunión de divorciados, la homosexualidad, el nombramiento de obispos, la creación de cardenales e incluso el introducir en el martirologio a sacerdotes y laicos de dudosas virtudes, cuando no de clara vinculación con la teología de la liberación. El Vaticano y la Orden de Malta llevaban desde el 6 de diciembre en un pulso con motivo del cese, por parte de Festing, del que era el Gran Canciller de la Orden, el alemán Albrecht F. von Boeselager.

El motivo del cese del Gran Canciller había salido a la luz pública por parte de los medios vaticanos oficiales y oficiosos como si hubiese sido motivado por una cuestión interna de la Orden, discrepancias de gobierno, pero nada más alejado de la realidad. Fuentes de la Curia Vaticana y de la propia Orden de Malta, a las que ha tenido acceso este Medio, nos han confirmado que la verdadera razón del cese del alemán, por parte de Festing, su Superior en la Orden de Malta y al que le debe obediencia religiosa y de gobierno, fue su apoyo a la distribución de preservativos en algunos países africanos donde el SIDA acampa a sus anchas.

Mientras que Festing era partidario de promover la fidelidad en el matrimonio y la abstinencia prematrimonial, además del respeto del varón a la mujer para poner freno a las relaciones sexuales no deseadas, su subordinado el Gran canciller, eran partidario de la distribución de preservativos como " mal menor ".

El Papa se opuso a Festing cuando llamó la atención del alemán von Boeselager y se enconó su enfado cuando le cesó, lo que motivó su reacción de cesar al Gran Maestro de la Orden, algo inaudito en la casi milenaria Orden de Malta, solo comparable al Papa traidor en la doctrina y en su colaboración con el rey de Francia, que motivó la causa contra la Orden del Temple ( en un próximo artículo trataré este tema ).

La situación aún se complica aún más pues el Papa, en todo este proceso que ha llevado al cese de Festing, ha ninguneado al Representante del Vaticano ante la Orden de Malta el cardenal estadounidense Raymond Leo Burke que lleva denunciando varios meses " una fuerte sensación de que la Iglesia está como una nave sin timón " y además a animado a todos aquellos que se sienten traicionados y con dudas de fe en situaciones como el matrimonio, la comunión, la homosexualidad o las relaciones interconfesionales a que " resistan en Cristo ante las amenazas a la Fe ". En el proceso de ninguneo por parte del Papa contra Burke, creó una Comisión formada por 5 expertos para que aclarase lo sucedido entre Festing y su Gran canciller con la pretensión y el prejuicio de demostrar los rumores de que Festing " había actuado con dureza y modos despóticos ".

Cuando la Comisión da la razón al Papa, éste se opone al cese del Gran Canciller de la Orden, que como he dicho era partidario de la distribución de preservativos. El Gran Maestro de la Orden de Malta, en un gesto de valentía y de amor a la Verdad y a la santidad de la Orden y de la propia Iglesia se mantiene en el cese del Gran Canciller. Y es en este punto cuando el Papa, hace un gesto de temeridad (además de oponerse a una tradición de siglos de respeto de la Santa Sede a la Orden de Malta y a sus asuntos internos, sin tener en cuenta que la Orden de Malta es un Estado Soberano que está sujeto a la Iglesia en el aspecto espiritual y no gubernamental ).

Como conclusión, la gravedad en este asunto no se termina de ver por vaticanistas y canonistas. No sólo supone la intromisión jurídica y en la libertad de gobierno de una institución eclesial (como se está intentando con la Prelatura del Opus Dei y se ha intentado con el reciente nombramiento del nuevo Prelado) sino que también supone una mancha en la imagen de la Iglesia y en su santidad.

En próximos artículos, Dios mediante, desde este Diario daremos consuelo y apoyo a nuestros santos hermanos de la Orden de Malta, recios en la Fe y en la Santa Doctrina, y mostraremos a todo hermano que las mayores traiciones dentro de la Iglesia no deben poner en duda la Verdadera Fe en Jesucristo sino todo lo contrario pues " la sangre de los inocentes de la herejía ha sido comprada por Cristo para la vida eterna y sólo aquellos que se mantienen libres de fornicación, adulterio y santos, serán salvos " ( Apoc. 19 - 21 ).

Etiquetas:religión