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Diario YA


 

El milagro del Hudson, e Clint Eastwood

Sully

Víctor Alvarado

Al igual que pasa en España con directores de la talla de Garci o Almodóvar, en el cine estadounidense hay varios nombres que siempre suenan como Steven Spielberg, Woody Allen o, en este caso, Clint Eastwood que, independientemente del nivel de sus películas, sus trabajos siempre generan mucha expectación.

Sully es su nueva entrega, basada en hechos reales, pues el Capitán “Sully” Sullenberger hizo amerizar su avión en el río Hudson para salvar a 155 pasajeros. No obstante, tuvo que sufrir una investigación como consecuencia de este suceso que estuvo a punto de acabar con su carrera.

Clint Eastwood, autor de la maravillosa Gran Torino, hace un producto típicamente americano de esos que tanto le gusta a los habitantes de ese país y que sirve para dar muestras de su patriotismo sin complejos como demostró con la excelente El francotirador. El inicio del largometraje no nos pareció muy prometedor, pero una vez transcurridos los primeros 10 minutos de metraje la cinta fue ganando interés y estamos convencidos de que la calidad de la producción, sin ser de las mejores del cineasta, tiene muchas posibilidades de ser nominada a los Óscar este año.

Tom Hanks da vida al protagonista de esta historia con el que guarda cierto parecido. El conocido actor vuelve a aceptar un papel interesante como hizo con El puente de los espías, cosa que no siempre hace tras varios traspiés. Es el clásico personaje de clase media americana honrado que intenta hacer su trabajo lo mejor posible, demostrando su gran sentido del deber. Por cierto, el auténtico Sully fue un alumno brillante y un excelente profesional, incluso trabajando para la NASA. Los flashback están magníficamente dosificados y nos ponen en antecedentes de con qué tipo de persona estamos tratando. Las escenas de acción, a pesar de que todos conocemos la historia de cabo a rabo, hacen creer que algo terrible va a ocurrir, transmitiendo la gran tensión que se tuvo que vivir en esos intensos minutos.

El director ha mostrado a un hombre de carne y hueso enamorado de su mujer y que conectaba y se comunicaba con ella con fluidez en momentos de dificultad. Se trata de un héroe que supo mantener la calma en una situación extrema y que, a pesar de que todo el mérito fue suyo, tuvo la humildad de reconocer la labor de los demás sin echarse flores y resaltando el trabajo en equipo. Por otra parte, el realizador ha reflejado a la perfección el comportamiento de los pasajeros en una situación límite y como algunos de ellos se agarran a la fe y rezan de un modo natural. La verdad es que la jugada salió a la perfección y ese gesto tuvo su recompensa porque le llaman a ese hecho “El milagro del Hudson”.