Principal

Diario YA


 

Sofía y el traje nuevo del Emperador

Pilar Muñoz. 5 de noviembre. El emperador iba desnudo, pero todos habían decidido callar, precisamente porque del poderoso se trataba. Todos murmuraban entre sí, pero nadie se atrevía a proclamar en público la verdad percibida. Sólo la inocencia de un niño logró traspasar y colarse entre la hipocresía del pueblo. Asombrado el infante dijo. “¡Pero si el emperador va desnudo!”. Entonces todo saltó por los aires, y uno a uno fueron alistándose a lo que todos percibían y a lo que la situación se empeñaba en mostrar con evidencia altanera.

La Reina Sofía ha manifestado, expuesto, susurrado, sugerido o grabado. En definitiva, ha hablado, pero no de cualquier asunto, sino sobre aspectos centrales del corpus teórico del progresismo: Aborto, Eutanasia y Pseudofamilia. La población española se ha alineado con su grito, ha agradecido su exposición límpida, valiente y sencilla. Población referida al número mayoritario de ciudadanos de un país, no al pequeño grupo disidente con planteamientos anómicos (contrarios a la ortodoxia del gran grupo).

¿Qué han supuesto estas declaraciones de la Reina?. ¿Por qué elige este momento?. ¿Qué impacto y direccionalidad tendrán sus palabras en el entramado emocional de los españoles?.

1.- La Reina, como ser humano, ha ejercido la dimensión de la disconformidad, no de la desobediencia. Esta actitud de crítica y de actitud personal ante una situación que consideramos contraria a nuestros valores y juicios, supone una serie de reajustes y dinámica interna:

Percepción de la actitud discrepante con la actitud internalizada en el “superyo”

Disonancia y tensión cognitiva entre la actitud interna y la actitud externa impuesta.

Se activa el compromiso individual dentro del grupo, como liberador de tensión y como aportación responsable al entorno.

La fuerza de la situación: Cuanto más intensa sea la actitud impuesta, mayor grado de disconformidad puede suscitar.

La ambigüedad genera conformidad, mientras que la nitidez de la actitud genera disconformidad.

Las primeras conclusiones de la respuesta inconformista de la soberana nos devuelven una configuración de humanismo, de criterio y de posicionamiento moral y ético:

El armazón ético y moral internalizado por Dª Sofía es conservador y tradicional con la vida y la familia. Entendiendo aspectos conservadores como los únicos y garantes de la supervivencia del colectivo humano.

La Reina percibe una amenaza en el entorno social propio, es decir, dentro de su patria, que lo vive como negativo y susceptible de revisión y cambio.

2.- El tramo vital que tiene nuestra Reina le permite hacer uso de una de las etapas descritas por Ericson: la sabiduría, la cual se genera no sólo a través del academicismo, sino a partir de la propia singladura vital. Por todo ello, se ve con la serenidad del que contempla la vida desde un ángulo privilegiado, y emite un juicio experiencial que los más jóvenes no vemos o no nos atrevemos.

Sólo el principio y el final de la vida ofrece frescura y nitidez para percibir situaciones y actitudes que, revestidas de cartesianismo o populismo, no dejan de ser estridentes, peligrosas, estrafalarias y crueles.

3.- Al tratarse de una figura de poder y de influencia social alta, desencadenará una segunda oleada de inconformismo. Es decir, existía un desconformismo mayoritario y silente, el cual puede ahora manifestarse, recidivarse con fuerza y amparado por la influencia social normativa e informativa. El líder expone y desvela y el resto deja de percibir la situación como ambigua y difícil, y la contempla ahora nítida y posible.

Este cambio de actitud provocado y provocativo de la Reina ha movilizado muchas actitudes de la mayoría, cobrando fuerza y dinamismo para hacerse oír. Ha posibilitado que el grupo ortodoxo se sienta orgulloso de serlo, de no someterse a grupos minoritarios heterodoxos y con propuestas alejadas de la objetividad percibida y convenida.

Sofía ha desvelado en la corte de cómicos y burlones la desnudez del emperador, ha alzado la voz sencilla como lo hacen los niños y los ancianos. Majestad, siga viendo el desfile del emperador, porque ha visto sólo la primera cabalgata. Nuestra nación necesita que usted como soberana, ustedes como lectores y yo como ciudadana seamos inconformistas con la burla, la mentira y la falsedad de un emperador que se empeña en seguir desfilando desnudo.

Etiquetas:Pilar Muñoz