Pese al período de recesión y crisis que se ha vivido en nuestro país durante mucho tiempo, el porcentaje de gastos en lujos no ha decrecido ni un ápice. Te explicamos el por qué.

Muchos dirán que la práctica asidua de la compra de artículos de lujos pertenece solamente a un selecto grupo de ricos, empresarios, y personas de familia adinerada los cuáles no tienen problemas económicos: sin embargo, esta afirmación no es del todo cierta ya que inclusive la clase social media o baja sigue gastando una gran cantidad de sus ahorros (a veces incluso la totalidad de los mismos, o incluso más, viviendo por encima de sus posibilidades) en todo tipo de lujos y caprichos. A muchos les parecerá sorprendente, pero es la realidad: diversos estudios y encuestas así lo han certificado. Y es que a nadie le gusta simplemente el vivir para trabajar: incluso hasta el más pobre decide darse algún capricho en un momento dado, pensando que podrá pagarlo en un futuro, o que simplemente las cosas mejorarán. Desde la compra de pisos de lujo en Madrid capital o en otras ciudades de España, hasta una simples gafas de sol: los gastos varían entre sectores de distinta índole, pero siempre pertenecen a la categoría “lujo”, ya que no son esenciales para vivir.

El sector de las compras catalogadas como “lujos” no solo no ha bajado, sino que aumentó

Evidentemente, tampoco les falta razón a aquellas personas que mantienen la afirmación de antes: los ricos se han enriquecido con la crisis, eso es un hecho. Y por ende, gran parte del aumento en gastos de este tipo es causado por esta vía económica: sin embargo utilizando una comparativa, no varía tanto el porcentaje de personas ricas y el de aquellas con menos recursos económicos que se gastan su dinero en lujos, tan solo el factor de que el primer grupo social gasta un dinero que tiene digamoslo así: de sobra, y el segundo grupo social lo hace con un dinero que no tienen, pagando las cosas a plazos, pidiendo préstamos al banco y endeudándose para ello.

De hecho, uno de los sectores que no solo no han bajado sus números, sino que los han aumentado, es el de la moda y el textil: desde la compra de zapatos, camisas, moda infantil, etc. Hasta cinturones, ropa interior…Todo ello fruto de, posiblemente, una gran ansiedad debida primordialmente a la falta de trabajo, lo que deriva en un aumento del tiempo, y una sensación de vacío, que acaba con una sesión de compras para intentar llenarlo, al menos de forma temporal. Aunque claro, esto es como la pescadilla que se muerde la cola, ya que al no tener empleo, los ingresos decaen, y lo hacen aún más si se gasta sin criterio. Hay personas que gastan en cosas útiles, pese a su categoría de lujos, y otras que lo hacen en elementos totalmente innecesarios, como por ejemplo comprar banderas de su equipo de fútbol favorito o discos de música, mecheros, elementos decorativos para el hogar… cosas que en definitiva no requieren de una urgencia ni necesidad inmediata, y que sin embargo también han aumentado su número de ventas durante el periodo de crisis. Y es que cuando la gente se aburre, hacen multitud de sandeces.