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El arzobispo de Madrid tuvo presente en la eucaristía a los dos soldados asesinados hoy en Afganistán

Rouco Varela reflexiona en la festividad de La Almudena sobre el “mal de la soledad” en un mundo globalizado

Redacción Madrid. 9 de noviembre. El Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, advirtió hoy ante la patrona de la ciudad, La Almudena, del "mal de la soledad" en un mundo más interconectado que en ningún otro momento de la Historia.

   Rouco Varela, que aseguró tener "muy presente" a los dos militares españoles fallecidos hoy en Afganistán en la Eucaristía celebrada en la Plaza Mayor, insistió en que la crisis que vive el país es también de carácter moral.

   Un ejemplo de ella es el "mal de la soledad y el peligro de caer en ella", una situación que pertenece a la condición humana de todos los tiempos pero que se da paradójicamente en un mundo más interconectado que en ninguna otra época.

   "Los hombres de hoy conocemos demasiado bien el mal y la desdicha de la soledad, son muchas las personas de nuestro entorno que viven solos, que mueren en soledad física y, lo que duele más, en soledad espiritual en una sociedad donde el individualismo egoísta triunfa", resaltó el Cardenal Arzobispo de Madrid.

   Puso como ejemplo de estas "víctimas" a los niños y jóvenes que sufren la ruptura de la unión de sus padres, a las personas enfermas "que molestan", a los ancianos y a los emigrantes, "aislados de sus vecinos e incluso abandonados de los suyos" ya que la soledad puede ser "un medioambiente psicológico y espiritual que envuelve toda la realidad".

   Para Rouco Varela, la situación es "agobiante" cuando Madrid se encuentra en plenas consecuencias de la crisis económica. "Crece el paro, aumentan las dificultades de muchas familias para hacer frente al gasto de sus viviendas y para conseguir el sustento digno de sus hijos", destacó el cardenal tras subrayar la soledad en la que se encuentran muchos, especialmente las familias de los emigrantes.

   El cardenal Arzobispo de Madrid destacó asimismo el "drama espiritual" de las madres que quieren conservar la vida de sus hijos no nacidos. "Luchan por ellos en soledad, abandonadas y acosadas por muchos y sus hijos, los más inocentes, son siempre los perdedores", aseveró.

  

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