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Diario YA


 

"No es posible entrar en la catedral de Nuestra Señora sin experimentar cierta emoción y un vago sentimiento de la Divinidad"

NOTRE DAME: EL FUEGO DEL INFIERNO NO LA DESTRUIRÁ

Fidel García Martínez
El terrible incendio que se ha cebado como furor  cuasi infernal en la catedral maravillosa de Francia, Notre Dame  no la única espléndida, pero sí la más simbólica, y la que mejor refleja la grandeza espiritual de  Francia, que  en su tiempos  más pacíficos y menos revolucionarios fue la hija fiel de la Iglesia Católica, ha cortado la respiración a casi  todo el mundo laico  religioso, pero especialmente al catolicismo francés, que la primera decisión que ha tomado ha sido postrarse de rodillas y a acudir a Monmatre para pedir al Sagrado Corazón de Jesús  piedad, perdón y ayuda para que Nuestra Señora vuelve al hogar que la ha cobijado durante más ocho siglos en los  que no han faltado sobresaltos, pero ninguno como el terrorífico incendio del lunes negro del 15 de abril de 2019, que supondrá un antes y un después para  la historia de la Iglesia Francesa, sometida a persecución y  desprecio desde que  Voltaire y sus corifeos antiguos  modernos pusieron en funcionamiento todas sus mentiras, sofismas y sarcasmos más diabólicos y reaccionarios para humillar a la Iglesia Católica. Francia ha dado a la Iglesia   grandes santos, teólogos e intelectuales, apologetas brillantísimos  nombrarlos sería largo y tendido, pero  es necesario  citar a Santa Teresita del Niño Jesús, ( la santa más grande de los tiempos modernos, patrona universal de las misiones y   admiradora  de la gran heroína Sana Juana de Arco, el humildes Cura de Ars , San Vicente Paul (…).
Tuve el privilegio  un 15 de Agosto, día de la Asunción de Nuestra, patrona principal de la archidiócesis de Paris, de vivir los grandes momentos litúrgicos celebrados en la Catedral; toda la belleza  de la Liturgia  Católica tanto de las vísperas solemnes  cantadas en gregoriano, así como de la Santa  Misa adquirieron un proyección sobrenatural que no hacían sino resaltar belleza del venerable templo. Con la procesión de la Imagen de Nuestra Señora por las orillas del Sena y rodeando a la catedral. Paris sin Notre Dame   puede ser todo lo que se fantasee  pero no es el Paris auténtico, porque la faltaría su alma  católica.
   F.R. DE CHATEAUBRIAND el autor de El Genio del Cristianismo, en el capítulo VIII De los templos  góticos escribe sobre el templo más emblemático de la Francia de San Luis: “esa  ennoblecida basílica llena de generaciones que fueron y de las almas de sus padres (…) Sucede así, porque todo esto está esencialmente enlazado con nuestras costumbres, porque un monumento no es digno de  veneración, sino cunado está impreso en sus bóvedas, ennegrecidas por los   siglos, una larga historia de lo pasado. He aquí por qué nada hay  de maravilloso en un templo que hemos visto construir y cuyas cúpulas se ha tornado a nuestra vista.  Dios es la ley eterna; su origen pues, y todo lo que a su culto concierne debe perderse en la noche de los tiempos. No es posible entrar en la catedral de Nuestra Señora sin experimentar cierta emoción  y un vago sentimiento de la Divinidad.