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Con motivo de la Conmemoración, el pasado 9 de octubre, del 778 Aniversario de la Reconquista para la Cristiandad del Reino de Valencia

Los fuertes lazos diplomáticos entre Valencia y Uzbekistán se asientan en la Alianza histórica contra la Yihad

Daniel Ponce Alegre. Teólogo. Con motivo de la Conmemoración, el pasado 9 de octubre, del 778 Aniversario de la Reconquista para la Cristiandad del Reino de Valencia, bajo la dirección del Rey Templario Jaime I de Aragón, recibí meses atrás un amplio dossier, basado en la documentación pontificia de la época, relativo a las alianzas trazadas del rey templario para continuar la Cruzada en territorio peninsular y en todo el Mediterráneo.

Dicha documentación será motivo, Dios mediante, de otros artículos respecto a política internacional, así como de seguridad y defensa. En esta ocasión quiero destacar dos aspectos claves de la política de Cruzada, de seguridad y defensa, antiislamista y contrayihadista, del rey Jaime I, así como de su política internacional y diplomática. En primer lugar, a nivel interno, el rey templario, fortaleció a sus súbditos y vasallos, aquellos que estaban bajo su responsabilidad, cuidado y tutela, incluida la dirección espiritual, con una sólida formación cristiana, tanto a nivel religioso - monástico, promoviendo la construcción y rehabilitación de monasterios, y la fundación de órdenes militares y hospitalarias, como a nivel seglar o laico con el establecimiento de cofradías como la de Santiago, San Jaime o Jacobo, el primer Apóstol en derramar su sangre por Cristo. El dossier nos dice: " En su honor, y bajo su patrocinio, se fundó una cofradía de San Jaime o Santiago, con Capilla en la Catedral de Valencia, que aún hoy se conserva, y que es la más antigua del Reino de Valencia, tiene su origen el 1 de diciembre de 1242 y su memoria se conserva en toda Europa ".

El efecto de esta santa acción por parte del Rey Jaime I, no sólo unificó al Reino de Valencia y a toda la Corona de Aragón, sino que sentó las bases del posterior patrocinio de todos los reinos hispánicos a Santiago, verdadero elemento de unión junto con Cristo, siendo muy reciente el patrocinio del Pilar y el de la Inmaculada Concepción, que son los que han permanecido desgraciadamente frente al del Apostol y Enviado de Cristo hasta Hispania o Tarsis ( leer libros de Jonás y Abdías ). En segundo lugar, 30 años después de la Reconquista, en diciembre de 1268, Jaime I viajó a Toledo, al Reino de su yerno Alfonso X, que había contraído matrimonio con Violante de Aragón y Hungría, hija del Conquistador del Temple.

En la ciudad castellana, el rey asistió a la Misa celebrada en Navidad por su hijo, Don Sancho, que había sido nombrado Arzobispo. El último día de su estancia en Toledo, Jaime I recibió un importante mensaje de Alarico, un caballero de Perpiñán que estaba de vuelta de de la embajada que él y el Papa Clemente VII le habían encomendado. El año anterior, había empezado un largo viaje para entrevistarse con el bisnieto de Genguis Khan. A la muerte de Genguis Khan, su Imperio era el mayor de la tierra, se extendía desde el Mar Caspio hasta el Pacífico; sus herederos añadieron nuevas conquistas pero también fragmentaron el Imperio Mogol, hecho que después sentó las bases de su caída a manos del Islam y su Yihad. Uno de los nietos de Genguis Khan fue Hülegü Khan, que fue el primer khan de Persia.

Tenía creencias budistas y, muy importante, su madre y su esposa eran cristianas de rito oriental, nestorianas. Hülegü Khan conocía perfectamente el peligro que suponían los islamistas, motivo por el cual durante diferente campañas atacó las capitales del islam, Bagdad y Damasco. El khan envió cartas solicitando ayuda para una alianza de conquista de Jerusalén. El Rey francés Luis IX no contestó, ni otros de Europa, pero sí que lo hizo Jaime I. El khan envió emisarios a Valencia que se reunieron con el propio Rey Jaime I, así como con su yerno, Alfonso X, el Rey de Toledo, con diversos comerciantes y hombres ricos, y con el Maestro de la Orden de San Juan del Hospital, orden militar, monástica y hospitalaria que desempeñó un papel clave en todas la campañas de Cruzada.

La Alianza Cruzada entre los persas - mogoles del Khan y el Rey Jaime I contra el Islam y su Yihad se fraguó, y aunque no se materializó la victoria en lo material porque los barcos que salieron del mediterráneo no llegaron a Levante a causa de un vendaval, sí que fue muy productiva en lo social y cultural. Dicha alianza consular y diplomática, que se estableció en Valencia, desarrolló una afición por oriente, se escribieron libros datados en el s. XIV como La Flor de Historias de Oriente, redactada por un monje armenio llamado Hethum de Korikos. Además el orientalismo animó el interés comercial hacia oriente, mediante la ruta de la seda, que llevó a muchos valencianos, aragoneses y castellanos hacia Jerusalén, Armenia y Samarcanda.

Toda esta actividad cultural y comercial desembocó en que finalmente, el reino hispánico de Castilla estableciese una Embajada estable en la Corte del Khan Tamerlán mediante el Embajador Ruy de Clavijo que sentó las bases de las actuales relaciones diplomáticas entre España y Uzbekistán, así como el Rey Jaime I de Valencia sentó las bases de las relaciones diplomáticas entre valencia y Uzbekistán.

Esta acción diplomática es la que ha sido promovida en las últimas décadas por el recientemente fallecido Presidente de Uzbekistán, estudioso de la política de Tamerlán, Islam Karímov, un gran hombre. Uzbekistán está ahora en un proceso electoral que culmina en diciembre, y ha de considerar toda su historia fructífera de relaciones diplomáticas con reyes cristianos a lo largo del Mediterráneo, como freno a la expansión del islamismo en su territorio, procedente de Pakistán y Turquía, así como de Afganistán. Las relaciones con los países persas como Irán y cristianos como España, y Valencia dentro de ella, son fundamentales. De las Elecciones en Uzbekistán, Dios mediante, trataré en un próximo artículo

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