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Diario YA


 

Las empresas españolas se benefician de la campaña anticorrupción china

Clemente Ferrer. La decisión del gobierno chino de eliminar todo sígno de ostentación, entre su alto funcionariado, beneficiará a las empresas españolas. Xi Jinping (en la imagen) prometió al ser nombrado secretario general del Partido Comunista Chino evitar todo gesto de ostentación de los funcionarios con una reducción en las partidas presupuestarias dedicadas a viajes, coches y entretenimiento. Estas son unas observaciones a la austeridad sin renunciar a la calidad; han elegido marcas como Mango, Zara o Bodegas Torres.

Desde China Consultants, su presidente, indica que “precisamente porque no son champán francés, nuestros vinos tienen ante sí una gran oportunidad”. Y no sólo ellos sino también los diseñadores de moda, los restaurantes y los productores de aceite” Además, China siente admiración por el famoso Ferrán Adrià y el número de restaurantes españoles, en Hong Kong, se ha multiplicado por cinco en los últimos años.

La cadena hotelera Meliá abrirá seis hoteles en China y NH podrá gestionar hasta diez, además de los mejores cocineros empiezan a formar parte de la estrategia de promoción, como fueron las jornadas gastronómicas entre once restaurantes de Shangai y la Cámara de Comercio de España. Es este sector el que podría aprovecharse de esta nueva tendencia a la austeridad, que se está imponiendo en el país asiático.

Por su parte, China Consultants, afirma que el dinero que puede revertir en los negocios españoles tiene su origen en el dinero de los funcionarios públicos que no quieren hacer ostentación de sus fortunas.

También, Lidan Qi, directora de la consultora Quimeng, señala que las estrategias de marketing no son suficientes y que son necesarios contactos de primer nivel, comprender sus protocolos y estar a la altura de sus expectativas. Además las empresas españolas tienen que saber muy bien cuál será su público objetivo en el país asiático, ya que los hábitos de consumo que van a marcar la diferencia, a largo plazo, para las empresas españolas no son los clientes de alto poder adquisitivo, sino los de clase media.

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