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Diario YA


 

La sociedad de la información: oportunidades, retos y peligros

A mediados de 1.996 la revista Base Informática publicaba un atrevido y anticipador artículo acerca del futuro de Internet: cómo afectaría Internet a la sociedad en un mundo que ya tendía abiertamente a la globalización, cuál sería su grado de penetración en las sociedades más avanzadas, en qué medida las influiría y cambiaría... Han pasado veinte años desde que viera la luz tan premonitorio y brillante ensayo, escrito por el ingeniero naval y licenciado en informática Enrique de la Puente, y ahora, coincidiendo con el anuncio de la aparición de 'una segunda parte', diarioYa quiere recordar a sus lectores este primer ensayo que, leído veinte años después, aún nos sigue cautivando.

Enrique De la Puente. Ingeniero Naval y Licenciado en Informática.

Antecedentes.

Uno de los principios de la organización del trabajo establece que la persona idónea para realizarlo es la que dispone de mayor cantidad de la información que se estima necesaria para llevarla a cabo.

Es posible que cuando el Departamento de Defensa de EE.UU. patrocinó la red Arpanet, (nos situamos a finales de 1969 y principios de 1970) estuviera pensando en este principio o en la eficacia en el trabajo y pretendiera reducir los tiempos de espera de transporte de la información (estaban en plena carrera por la conquista del espacio) o, simplemente, que buscara una seguridad estratégica, diversificando los posibles caminos de comunicación entre distintas ciudades en caso de conflicto armado. Lo que es seguro es que no era consciente de que estaba poniendo en marcha un cambio social tan importante como lo fue, en su día, la invención de la imprenta.

La Arpanet (en aquel entonces transmitía a 400 Kbit/s, el texto de La Biblia podría ser enviado en aproximadamente 2 minutos) se desarrolló y se crearon una serie de redes de ordenadores que se interconectaron, se creó NFSNET (National Science Foundation, agencia gubernamental de EE.UU.), dando origen a procesos de racionalización de conexiones físicas (equipos) y lógicas (protocolos). Como al mismo tiempo se abría a más usuarios y se iban creando servicios, la oferta se hacía más atractiva y la demanda crecía, por lo que se añadió capacidad al conjunto (el envío del texto de La Biblia tardaba menos de tres segundos si se enviaba a través de esta red).

Este ha sido el embrión o semilla que al desarrollarse ha dado lugar a Internet. En la actualidad la mayor parte de las redes se conectan a Internet y la aceptan como una referencia en sus estándares y en sus principios. Como consecuencia las vías de interconexión han tenido que aumentar su capacidad de tráfico para poder hacer frente a las necesidades que la nueva situación generaba. El vicepresidente de los EE.UU. Al Gore utilizó el término de autopistas de la información para designar las vías que iban a hacer posible las prestaciones de servicios que Internet ofrece; el nombre ha gustado y ser utiliza en la actualidad.

Todo lo anterior no tendría una importancia especial para la sociedad, si no se hubieran incorporado de forma acelerada y masiva millones y millones de usuarios a la red. Esta incorporación masiva ha sido la que ha producido una nueva situación atípica a nivel sociológico: la incorporación simultánea de muchas formas de concepción de las cosas o muchos puntos de vista diferentes, con muy pocas reglas de exclusión.

Si además añadimos la convergencia que se está produciendo entre los sectores de la informática, la información, el entretenimiento y la cultura, conjuntamente con los procesos de liberación de las telecomunicaciones y consideramos la globalización de los mercados, tendremos los elementos que han dado lugar a lo que ya se conoce como Sociedad de la Información.

A esta situación ha colaborado también la convergencia que se está produciendo entre los equipos y las personas; es indiscutible que los equipos son cada vez más “amigables”, pero también es cierto que los usuarios de los mismos están cada vez mejor preparados y el esfuerzo para utilizarlos es menor de día en día.

Internet.

Una red es un conjunto de ordenadores y periféricos que están unidos entre sí por un medio físico, de forma que puedan intercambiar información y compartir recursos. Internet es mucho más que una red; además de un dominio distribuido, es la conjunción de la tecnología que ha permitido crear el soporte físico de intercambio, provocando el cambio de actitud de la sociedad ante la información y moldeando su diferente disposición para acceder a ella. La característica más importante de su organización es lo que, de acuerdo con criterios clásicos, podría parecer su desorganización, con una estructura sin fronteras ni centros, aunque con importante recursos destinados a su gestión como la ISOC (Internet Society), la IAB (Internet Achitecture Board), la IETF (Internet Engineering Task Force), la IRTF (Internet Research Task Force) o la IANA (Internet Assigned Numbers Administration).

Internet permite la conexión y participación de millones de personas en todo el mundo, enviando y recibiendo correo electrónico, intercomunicando de forma interactiva ordenadores de distintas personas, generando foros de intercambio de ideas, poniendo al alcance de los usuarios distintas categorías de datos y de información.

El Incremento de incorporaciones a Internet se viene cifrando en 15/20 % mensual, con lo cual no se sabe todavía la forma final que adoptará, pero se incorporan agencias que divulgan noticias, empresas que informan sobre sus productos o servicios, centros del conocimiento y la cultura que ponen a disposición de los usuarios datos, información o contenidos realizados por creadores en distintas formas del Arte, personas, grupos y organismos que quieren promocionar ideas, ideologías, doctrinas, etc.

En algunas ciudades como, por ejemplo, Boston en EE.UU, prácticamente todos los niños en edad escolar están conectados a Internet, o en países como Canadá, en el que se está produciendo un esfuerzo muy importante para incorporar Internet a todo el sistema educativo. La información es un instrumento de poder y la herramienta que, de alguna forma, gestiona la información atrae a determinados intereses. Por ello, todos los medios de comunicación hablan de Internet, es casi imposible que transcurra un día en el que no se lea, vea o escuche algo relacionado con Internet.

El haber dedicado todo lo anterior a hablar de Internet está justificado porque ha sido, en parte, Internet el caldo de cultivo de la Sociedad de la Información. A partir de ahora, en este artículo, entenderemos que la Sociedad de la Información incorpora como recurso y como producto la red que colaboró a su nacimiento.

Implicados en la Sociedad de la Información y en su posible evolución.

Alrededor de la Sociedad de la Información se mueven distintos grupos de interés con distinto nivel de posicionamiento. Algunos de estos intereses se sienten inquietos, ya sea por las inversiones que pueden verse obligados a realizar o por las alianzas que van a tener que establecer, en algunos casos por el miedo a que vayan a dejar de ser convenientemente retribuidos, en otros casos por la posibilidad de que mediante el establecimiento de determinados controles vean disminuida su libertad para seguir ejerciendo su poder, en algunos medios, por los cambios que se van a producir en las actividades propias y ajenas, obligando al consiguiente esfuerzo de aprendizaje y de adaptación y por último todos los que van a participar en forma activa o pasiva como creadores o receptores del producto.

Los intereses ya establecidos, los que se están creando en la actualidad y las alianzas de intereses que se establecerán en los próximos años, condicionarán en gran manera el futuro de la Sociedad de la Información. También habrá que tener en cuenta que la regulación, que probablemente adopte un modelo de separación legal de las redes, los servicios y la distribución, será otro de los condicionantes. En el Coloquio Internacional de la UNESCO sobre el Derecho de Autor y la Sociedad de la Información celebrado en Madrid en marzo de 1996, D. Jesús Moneo, Presidente del Capítulo Español del Club de Roma y D. Manuel Soler, directivo de Telefónica de España S.A. incorporaron a su ponencia lo que llamaron un simple mapa cognitivo, en el que se aprecian los bucles de realimentación positiva y negativa que se crean entre una serie de variables.

No pretendo aquí explicar las diferentes posibilidades de interacción que sugiere el mapa, aunque invito al lector a su análisis, simplemente hago referencia a él porque pienso que pone de manifiesto de forma clara que las previsiones relativas al futuro de la Sociedad de la Información, teniendo en cuenta lo que ya se ha dicho sobre la estructura de Internet (su falta de fronteras) y también la masiva incorporación de diferentes puntos de vista, sin prácticamente ninguna exclusión, son y van a ser muy difíciles de hacer. Los factores a tener en cuenta en la toma de decisiones van a ser más y es posible que la sociología tenga que desarrollarse para poder aportar más y mejor información de la que ahora se dispone y, de esta forma contar con más elementos de juicio con los que se pueda mejorar el proceso de toma de decisiones. En la actualidad la estadística es fundamental en el desarrollo de las ciencias; es posible que con el tiempo, al disponer a través de la Sociedad de la Información de una mayor cantidad de datos la sociología se convierta en una ciencia con leyes tales que permitan hacer previsiones suficientemente buenas sobre el comportamiento de masas y acabe siendo otra de las herramientas imprescindible en el proceso de toma de decisiones.

Impacto en la cultura.

En el citado Coloquio Internacional de la UNESCO, un asistente manifestaba su preocupación por el papel que tendría la Universidad en la Sociedad de la Información.

En mi opinión, la Universidad de la Sociedad de la Información con una estructura diferente, con unos medios y recursos distintos y con metodologías que tendrán que ver poco con las actuales, seguirá haciendo exactamente lo mismo que hace ahora:

• Sistematización del conocimiento

• Elaboración de los programas de cada ciclo de estudio en cada materia

• Suministro del conocimiento mediante la aportación del conocimiento almacenado, la incorporación de la actualidad, la matización, el debate, etc.

• Constatación de que el alumno ha adquirido los conocimientos necesarios

• Acreditación ante la Sociedad de que el alumno está suficientemente preparado Por supuesto que las formas serán distintas, habiéndose sustituido la realidad por realidades virtuales en un alto porcentaje. Pero independientemente de esto, Cultura no es sinónimo de Universidad, en cierta ocasión oí decir que cultura es lo que queda después de haber olvidado todo lo que se ha aprendido; no pretendo definir qué es Cultura, pero creo que es evidente que se puede adquirir cultura fuera de la Universidad y en la vida se pueden encontrar muchos tipos de escuela para aprender.

Lo que creo que es imprescindible en la Cultura es el trasvase del conocimiento del que lo tiene al que lo desea y precisamente eso es lo que hace fácil la Sociedad de la Información. Ahora bien, en este proceso de transmisión de la información aparecen los intereses de los creadores, uno de los implicados a los que se hacía referencia en este documento. Estos creadores o generadores de los contenidos que van a distribuirse a un entorno, mercado o destino, como quiera llamarse, ven peligrar la retribución de su trabajo, ya sea como derechos de autor, patentes, etc.

Va a ser determinante el desarrollo que se haga de la regulación por la que se normalice el uso de la información. Vemos ya dos derechos y dos intereses enfrentados: el derecho y el interés por adquirir conocimiento y el derecho y el interés a percibir retribución por el esfuerzo realizado. Estas fuerzas realimentarán las interacciones entre las variables Regulación y Economía y es de suponer que la realimentación no sea homogénea en el espacio (los criterios pueden variar con las religiones, las ideologías, las diferentes costumbres, etc.), ni permanente en el tiempo (porque los criterios pueden cambiar).

Impacto en el comportamiento

En los últimos tiempos se viene observando en la sociedad un progresivo aislamiento del ser humano, se están sustituyendo las relaciones personales por el entretenimiento individual o en grupo callado. La sustitución de la realidad por la ilusión digitalizada, lo que se ha venido a llamar la realidad virtual, va a producir individuos que van a vivir experiencias de alguna manera degradadas o dicho de otra forma no absolutamente completas o reales. Los distintos tipos de experiencias reales y virtuales sobre un mismo elemento de información van a generar reacciones distintas y posibles enfrentamientos en el futuro desarrollo de expresión del conocimiento.

La Sociedad de la Información puede influir sobre el comportamiento en dos sentidos opuestos, dependiendo del grado de libertad del individuo dentro de la sociedad. Puede que el individuo rompa su aislamiento y se ponga en contacto con otras gentes, otras formas de concepción de las cosas y de esta manera se universalice. Otra posibilidad es que al ser más atractivos los contenidos mediante la realidad virtual, todavía se aísle más. No cabe duda de que los intereses establecidos intentarán utilizar las nuevas circunstancias a su favor y eso podrá también ser utilizado para condicionar la evolución del comportamiento. Podemos pensar que los actores y gestores de esta evolución serán los ciudadanos, las empresas interesadas, los Gobiernos y las Organizaciones No Gubernamentales, que mediante una mayor participación e información podrán ir cambiando la forma de pensar de mucha gente, creando una nueva cultura cívica a la sociedad, aumentando el poder individual del ciudadano. Este aumento de poder preocupará a los Gobiernos y es muy posible que en muchos casos intenten manipular la opinión pública con los recursos que ofrece la Sociedad de la Información.

También es posible que la manipulación esté protagonizada por otros intereses y la única defensa que tenga la ciudadanía sea su mayor y mejor formación. Las sociedades que, en un momento determinado, incorporen a su cultura diferentes expresiones del conocimiento pueden llegar a evolucionar de distinta forma si los individuos que la componen no tienen libertad de acceso al conocimiento de los demás. Un aspecto muy importante a tener en cuenta es el efecto de la Sociedad de la Información en la lógica social. Pensamos, por poner unos ejemplos en las censuras y en la posible reacción ante la misma de las sociedades actuales; el poder de convocatoria que siempre ha estado condicionado por la capacidad de acceso a los destinatarios del mensaje; el manejo de la propaganda o la publicidad que puede hacer que muchos más actúen de una determinada manera, provocando efectos expansivos de dimensiones no conocidas hasta el momento. También es evidente que la comunicación del futuro va a requerir una preparación cada vez más capaz para cualquier actividad que se pretenda llevar a cabo. Esto puede hacer que, además de una ruptura generacional acelerada, tenga lugar la aparición de dos efectos simultáneos y peligrosos si se consideran conjuntamente: los más y mejor preparados podrán acceder a los nuevos conocimientos que se pongan al alcance de la Sociedad de la Información mientras que los que estén intelectualmente menos preparados o tengan menos capacidad para adquirir bienes (por el coste de los recursos necesarios o por el nivel de libertad que disfruten), se verán condenados a resignare. En estos casos aumentarán las diferencias entre los países más desarrollados y los que no lo están tanto y, como consecuencia, entre los habitantes de los mismos, que se sentirán agraviados y resentidos; esto, a su vez, provocaría reacciones de solidaridad y se exigirían ayudas para reducir las diferencias. Dado el número de los que podrían estar implicados, los efectos no son predecibles.

Por último hay que tener en cuenta que cuando los cambios de regulación, tecnológicos, culturales o socioeconómicos se producen de forma muy rápida, como es posible que ocurra con la Sociedad de la Información, las sociedades que no están preparadas no tienen capacidad para asimilarlos y se producen tensiones en sus estructuras, que pueden romperse en algún punto, evolucionando de forma no previsible, pero creando, en la mayoría de los casos, marginalización. Es posible también que aparezcan alteraciones patológicas del comportamiento en algunos grupos que participen en la Sociedad de la Información de forma irracional.

Consideraciones comerciales

La potencialidad de negocios de la Sociedad de la Información está poniendo en marcha acciones estratégicas entre los proveedores de contenidos, las operadoras, los fabricantes de equipos, las empresas del sector informático y otras empresas que están o quieren estar en el negocio del multimedia y se configuran alianzas horizontales y verticales.

La integración de la tecnología de las empresas de telecomunicación, de electrónica y de informática con sus investigaciones y desarrollos, propiciarán la universalidad de utilización de los equipos, facilitando el acceso a los contenidos, mediante la compatibilización, la facilidad de operación y una más amplia distribución. Pero antes tendrán que pensar en lo que se buscará en la Sociedad de la Información y lo que se necesitará para que sea fácilmente encontrado y también los cambios que serán necesario para hacerlo posible. La rentabilidad de las inversiones necesarias para ello, serán las que condicionen la decisión de llevarlas a cabo, teniendo en cuenta que los sistemas tendrán que mantenerse para garantizar el cumplimiento de las ofertas que se hagan. El posicionamiento y las actuaciones van a ser consecuencia del país en que se contemplen y nuevamente van a aparecer las diferencias entre países, culturas, religiones, etc.

En cualquier caso los mercados van a tener características distintas y las reglas de juego van a dejar fuera de la partida a unos y van a ofrecer oportunidades a los que ya están y a los que se preparen y quieran empezar con las nuevas reglas. Los cambios obligarán a transformarse a determinados eslabones de las cadenas de valor, que deberán adaptarse a la nueva situación; un ejemplo puede ser el de los creadores de contenidos que podrán, si quieren, poner al alcance de los demás sus creaciones sin utilizar a los distribuidores.

La tentación de ampliar los mercados puede llevar a soluciones baratas para que los países menos ricos puedan participar en la Sociedad de la Información o bien producir con dos niveles de calidad, con lo que se acrecentarían las distancias. La clásica división entre países desarrollados, en vías de desarrollo y subdesarrollados debería ampliarse con la categoría de “países mal desarrollados”, entendiendo que éstos son los que, con relación a una determinada tecnología han avanzado por un camino equivocado o que no ha sido seguido por los demás, habiendo estos últimos impuesto su tecnología. En todas estas categorías de países se experimentará la transnacionalización de los mercados y ello provocará una revisión y probablemente una convergencia en la regulación.

La comercialización de productos intelectuales, desde obras literarias a proyectos de ingeniería o modelos económicos, puede llegar a ser completamente distinta a lo que es en la actualidad y habrá que revisar conceptos como Derechos de Autor, Patentes, Propiedad Intelectual, etc. También habrá que analizar las implicaciones, en lo que a este tipo de productos se refiere, de conceptos tales como Exportación e Importación, volviéndose a plantear aquí la necesidad de nueva regulación.

Consideraciones técnicas

El atributo “multimedia” que deberá satisfacer la mayor parte de la información que se transmitirá, implicará la utilización de tecnologías sofisticadas de almacenamiento (digitalización, codificación y compresión) y de transferencia (telecomunicaciones). En la Sociedad de la Información se desarrollarán nuevos equipos intermedios entre el ser humano y los recursos que diseñen las nuevas tecnologías, en realidad otros productos de transferencia con parecidas funciones a los que ahora se comercializan, pero preparados para servir de enlace con la realidad virtual.

El desarrollo de estos nuevos equipos abrirá nuevas posibilidades que permitirán adentrarse en el inquietante mundo del ser humano semielectrónico. En un futuro más inmediato, para atender a opciones como Teletrabajo, Teleenseñanza, Telemedicina, Trabajo en Grupo, etc., será necesario combinar una serie de servicios conversacionales, como son la Telefonía, la Vídeoconferencia, y la Vídeotelefonía; de distribución como la Distribución de TV; de mensajería como el Correo Electrónico; de operación interactiva como pueden ser la TV Interactiva o el Vídeo bajo demanda. La Larga cadena de elementos que hace posible la Sociedad de la Información, en la que intervienen distintos actores y gestores que van desde el usuario hasta el generador de contenidos, pasando por el soporte que hace posible la transferencia, determinará la satisfacción obtenida por cada uno de dichos actores o gestores.

Esto requerirá desde el punto de vista técnico un gran esfuerzo de estandarización de la tecnología digital que permita una globalización de terminales, equipos y servicios. Por otra parte habrá que satisfacer las peticiones que se producirán con relación a determinadas lenguas cuando las hablen muchos individuos. En algunos casos, como por ejemplo el español, esto requerirá pequeños esfuerzos que se concretarán en la incorporación de algunas letras o signos de puntuación como la “ñ” o los acentos, en otros casos los esfuerzos requeridos serán mayores. La disponibilidad de redes cada vez más capaces e interactivas posibilitarán no solo las nuevas formas de creación, sino también nuevas formas de innovar en el mundo de la ciencia.

La función creadora podrá transformarse y ser más abierta y sin fronteras, participando los destinatarios del producto de la misma tanto en la definición del producto como en su desarrollo. De hecho, ya se está reequilibrando el binomio I + D al participar cada vez más el cliente en el producto a crear y se puede contemplar el nuevo binomio Sociedad de la Información + Sociedad Industrial. Otro terreno en el que se tienen que producir cambios es el del software de navegación, prospección y búsqueda, que con la ayuda de la Inteligencia Artificial faciliten el acceso a la información deseada. Ya ha comenzado el desarrollo de programas denominados Knowbots (Robots del conocimiento), Spider (Araña para moverse por el mundo de las www), Crawlers (Tractores oruga para llegar a todas partes), etc.

Al final se obtendrá un robot autónomo y con capacidad para comunicarse de forma inteligente tanto con los seres humanos como con otros robots autónomos o estáticos que atiendan a otras necesidades. Impacto en la economía En el tiempo en que vivimos se dice que la información es dinero, si la información, como decimos, se a “globalizar”, los vínculos económicos entre los diferentes países se modificarán.

En unos casos se fortalecerán, en otros, de momento, provocarán la aparición de barreras que protejan determinados intereses. Los cambios afectarán a casi todos los eslabones de la cadena, desde el creador del elemento de información hasta el consumidor de la misma. Se necesitará una regulación que garantice las transacciones que se produzcan en el nuevo sistema, proteja los derechos y favorezca el desarrollo. Los sectores de las comunicaciones, la informática y la electrónica convergen cada vez con mayor velocidad y cada vez se diseñan productos más multifuncionales con el fin de acceder a una mayor cantidad de contenidos de diferentes tipos o categorías. También se está produciendo una convergencia entre la facilidad de utilización de los nuevos productos y el mayor conocimiento en el manejo de los equipos en los usuarios.

Todo ello tiene como consecuencia, ya se ha comentado antes, que los mercados crecen de forma continua, al mismo tiempo que aparecen otros nuevos. En algunos medios se ha dicho, que los cambios a que puede dar lugar la Sociedad de la Información, llegarán a ser, incluso, superiores a la aparición de la imprenta. Si es así, y es muy posible que lo sea, las consecuencias culturales, sociales y económicas van a ser de una dimensión hasta ahora desconocida. Ante la situación que se está creando y los cambios que se pueden producir, los grupos de poder económico que están establecidos están ya negociando y las alianzas que se establezcan en los próximos años condicionarán en gran manera el futuro de la Sociedad de la Información y el de los recursos que la hagan posible.

Parece evidente que las inversiones necesarias para la investigación, desarrollo e instalación de los recursos físicos precisos estarán reservadas a las grandes empresas, pero la explotación de esos recursos sí podrán estar en manos de nuevas empresas creadas con concepciones nuevas, tanto en lo que a la forma de entidad se refiere, como en lo referente a su organización, la forma de trabajo o la disposición y utilización de sus recursos humanos o físicos y también, por qué no, de su capital. Para que las empresas realicen las grandes inversiones que serán necesarias en la creación de las nuevas infraestructuras, deberán tener determinados alicientes a la vista.

Para ello los Gobiernos y la Sociedad deberán crear condiciones favorables para que las empresas puedan decidirse a realizar sus inversiones con riesgos asumibles. Cualquiera, desde su hogar, podrá integrarse en la Sociedad de la Información (vía Internet, InfoVía, etc.) y para establecer la conexión aparecerán cientos de empresas cuyo producto en oferta será el mismo: la propia conexión. Para conseguir una cuota de mercado suficiente, la oferta se tendrá que completar con una mejor atención al cliente y con la inclusión de otros servicios, como por ejemplo, los navegadores o software auxiliar de prospección o búsqueda que faciliten la localización de la información deseada.

Estas empresas podrán adoptar formas nuevas, con una existencia legal transnacional, con una o varias sedes sociales que posiblemente se materialicen en una dirección que puede estar en InfoVía, en Internet o en algo semejante. Los recursos humanos de estas empresas podrán estar distribuidos a lo largo de esas algo más que redes y su dedicación no tendrá por qué ser exclusiva.

A modo de ilusión

Igual que en el ser humano las corrientes nerviosas envían información al sistema transmitiendo órdenes y provocando reacciones, se puede, utilizando la teoría Gaia de Lovelock, concebir la Sociedad de la Información como un conjunto de sistemas que se estimulara y viviera con las transferencias de información que el propio conjunto generara. Si además sus motivaciones se fundamentaran en las proposiciones que, en su día, formulara Henderson: “yo gano cuando tú ganas”, etc., y se utilizara el nuevo potencial que surgiera para crear bienestar, el mundo experimentaría una gran mejoría. Para que esto fuera posible, tanto las ideologías como las religiones deberían ser más tolerantes y también, por qué no, converger entre sí, lo mismo que tendrán que hacer las regulaciones sobre algunas actividades, las costumbres en los distintos países o culturas y también las tecnologías. Además deberían cumplirse otras condiciones como, por ejemplo, que disminuyera el egoísmo en la sociedad, tanto a nivel individual como colectivo.

Conclusión

Los cambios van a ser muy importantes y la Humanidad debe prepararse para poder asimilarlos con las menores tensiones posibles. Para ello:

• Los esfuerzos deberán procurar que las condiciones del ser humano mejoren a través de una mejor educación y promoción personal, sin que se produzca más marginación que la estrictamente derivada de condiciones de desinterés generacional, etc.

• Deberán reconsiderarse las prácticas comerciales actuales para adecuarlas a la nueva situación y establecer otras complementarias que contemplen las nuevas posibilidades. También deberá revisarse la regulación implicada.

• Las empresas actuales tendrán que hacer esfuerzos de imaginación para poder tomar las mejores decisiones en cuanto a su actividad futura para, en función de ello, adoptar las mejores medidas de dimensionamiento, organización, alianzas a establecer y forma y distribución de los recursos a utilizar.

• Las nuevas empresas que aparezcan deberán adecuarse al nuevo entorno, aprovechando todas las posibilidades que éste ofrece y sin caer en la equivocación de mantener formas de concepción de la empresa que han dejado o dejarán de tener sentido.

• Los sistemas educativos deberán poner al alcance de los ciudadanos el conocimiento que éstos demanden de forma que puedan elegir con libertad de opción. Otra obligación de los sistemas educativos será la de adaptar sus prácticas para seguir cumpliendo el papel que tienen asignado de sistematizar el conocimiento, formar, garantizar a la sociedad los niveles alcanzados por el individuo que se forma (salvo que la Sociedad de la Información adopte métodos de comprobación inmediata de estos niveles).

• Los Gobiernos, Fundaciones y otros agentes con el poder suficiente deberán crear las condiciones que mejor favorezcan las inversiones públicas y privadas. Otra de sus responsabilidades en el futuro es la de promover, mediante la educación cívica, las participaciones de los individuos de forma colectiva o personal en el desarrollo de los nuevos sistemas.

• Las Organizaciones No Gubernamentales tienen un papel muy importante en un mundo en el que, probablemente gracias a la difusión de hechos tan tristes como los vividos en África, Yugoslavia, etc., (universalización de la información), se han despertado fuertes sentimientos de solidaridad en los ciudadanos de los países que están más desarrollados. Las OO. NN. GG., que llegan fácilmente a gran número de ciudadanos fundamentalmente jóvenes y por ello protagonistas del futuro, pueden contribuir a encaminar su actividad, agrupando y potenciando sus esfuerzos, la mayor parte de las veces desinteresados, a favor de los más necesitados. Muchas de estas actividades se concretan en acciones de formación.

De forma inmediata parece que las oportunidades van a estar, como casi siempre, al lado de los mejor preparados. Es responsabilidad de cada uno de nosotros que, con el tiempo, los mejor preparados sean TODOS.

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