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Diario YA


 

profundamente descreída, agnóstica, y por tanto relativista

La Derecha sin remedio

Rafael Nieto, director de Sencillamente Radio en Radio Inter. Cada día estoy más convencido de que la falta de coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace, en la política como en la vida, produce pésimos resultados, si no a corto plazo, sí a medio y a largo. Y desgraciadamente, al vivir en una sociedad profundamente descreída, agnóstica, y por tanto relativista e hipócrita, lo habitual es encontrarse muchos casos de flagrante incoherencia, y resulta casi divertido ver cómo los incoherentes no encuentran explicación a sus desgracias. Lo suelen achacar a la mala suerte, a la conjunción de los astros o incluso a la bruja Lola.

 Algo de esto pensé el viernes cuando vi al presidente del Gobierno quejarse amargamente del enésimo cordón sanitario que le ha jurado la izquierda. “Es muy malo para España que el PSOE no quiera juntarse con el PP”, y etcétera, etcétera. Que no digo que Rajoy no tenga razón, pero expresarlo así, con ese punto de asombro, como si fuera algo nuevo en nuestra historia, resulta tan sorprendente como esperpéntico. La derecha en España, por si Arriola todavía no lo ha escrito en ninguno de sus sesudos informes de asesoría, tiene el estigma del franquismo y es, por tanto, el apestado, el leproso de un sistema que ha creado el PP, al 50%, con el PSOE.

Hay que decir claramente que el partido de Rajoy, desde Fraga hasta nuestros días, ha hecho todo lo posible y lo imposible para que en España no pudiera cuajar un partido patriota, de derecha auténtica, a imagen de los que hay en el resto de países europeos. Aquellos que nacieron para ocupar el espacio que el PP nunca ha querido tener, han sido perseguidos, insultados y vetados, directa o indirectamente, en los principales medios de comunicación, que por supuesto han participado gustosamente en la campaña, porque también se han beneficiado de ello. Es decir, la derecha incoherente, la derecha falsa, la derecha que no es derecha ha borrado del espectro político español cualquier posibilidad de que existiera otra formación en la que poderse apoyar si venían mal dadas.

 Y ahora no es que hayan venido mal dadas, es que la izquierda tiene de nuevo prácticamente todo el poder a nivel municipal y autonómico. Ahora, el PP no tiene que quien le escriba. Ahora se ha dado cuenta de lo que todos sabíamos.

Ahora que necesita seguir mandando ha comprobado que todo lo que hay políticamente en España está a su izquierda; un partido socialdemócrata aseadito, como Ciudadanos. Un partido progre-liberal infectado de corrupción, como el PSOE. Y un partido comunista bolivariano, como Podemos. Y los tres, como es lógico, le ponen ahora condiciones leoninas para pactar, porque en el fondo lo que desean ardientemente es que el PP desaparezca. A fuerza de travestir su propia ideología, los populares han logrado que ninguno de sus enemigos se lo tome en serio. A sus ojos, es el partido del franquismo y de los sobres de Bárcenas.

En todos estos años, además, las nuevas generaciones de jóvenes españoles se han formado con planes educativos, hechos a medias por PP y PSOE, en los que se falsea la Historia de España, se destrozan las Humanidades y se les ofrece una escala de falsos valores, los del mismo relativismo moral y la ausencia de ética que han tenido sus mayores. Es decir, la derecha ha contribuido a que la juventud española la odie, empezando por hacerle creer simplezas e idioteces como que hay que amar más la democracia que la Patria, por poner sólo un ejemplo, o que cualquiera tiene derecho a ser padre, madre o hermafrodita, teniendo los demás que financiarlo con nuestros ahorros.

 ¿Cordón sanitario?, sí, claro, por supuesto. En estrategia típicamente goebbelsiana. La estrategia del odio que sólo puede anidar en partidos creados para odiar, como son los socialistas. Partidos siempre desleales a España, siempre traidores, pero siempre ayudados, animados, potenciados, financiados, sufragados, en el fondo amados apasionadamente por la derecha española, que salvo por algunos nombres egregios que merecen algún respeto, ha sido básicamente indigna desde el primer minuto de su existencia. Y que ahora llora y se queja porque hemos llegado al final de un viaje que todos sabíamos cómo iba a terminar.

 Por tanto, que nadie se siga engañando. En efecto, es terrible lo que nos espera. Probablemente peor de lo que ya estamos imaginando. Teniendo en cuenta el carácter cainita de los españoles, y el recuerdo de nuestro pasado más reciente, acabaremos peor que Grecia, por muy distintos que sean ambos países. Pero si llegan las generales y ocurre lo que todos nos tememos que ocurrirá, Rajoy y los suyos deben saber que su partido se lo ha buscado. Por renunciar a lo que tenía que ser. Por no querer tener socios decentes. Por obviar el protagonismo que le correspondía y que ha cedido a los peores enemigos de la Patria. En resumen, por ser incoherente y presumir de ello.

 Esto que acabo de decir, por cierto, es un regalo que hago al Partido Popular, un regalo de asesoría, como los que suele hacer Arriola, pero con dos diferencias fundamentales: el mío es gratis y contiene verdades.

 

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