Principal

Diario YA


 

entrevista a periodista católico

Javier Navascués: “Rezo cada día para que toda mi labor sea para la gloria de Dios y la salvación de las almas”

Por José Antonio Bielsa Arbiol

Figura emblemática del moderno periodismo católico español, el zaragozano Javier Navascués se ha descrito como “bautizado en el Pilar y Caballero de la Virgen, una gracia inmerecida por parte de nuestra Madre del cielo, de la que quiero ser buen hijo y bajo su manto algún día morir, al igual que mi santa madre”. Esta entrevista, por más de un concepto excepcional, presenta la particularidad de ser la primera que Navascués concede en calidad de entrevistado.


Empecemos por lo más importante: cuéntenos, Javier, cuál es su filosofía como periodista católico.

Ser católico a marchamartillo, sin medias tintas, con el celo del divino impaciente. Defender los derechos de Dios y de la Patria con convicción y alegría. Nada de complejos ni de pusilanimidad ni de pedir perdón por existir. Soy católico y, a pesar de mis imperfecciones, defiendo públicamente mi fe para no avergonzarme de Cristo y así Él no lo hará el día del Juicio. Rezo cada día para que toda mi labor sea para la gloria de Dios y la salvación de las almas.

Difundir la sana doctrina y la recta filosofía, combatiendo de forma inmisericorde todas las doctrinas deletéreas que ha condenado la Iglesia como el liberalismo y el comunismo, así como la masonería y la sinagoga de Satanás, ya nombrada por los Padres de la Iglesia. Y bregar sin descanso contra todas las herejías, sectas y falsas creencias. El mal y el error no tienen derecho a existir y reprimir el mal y el error es un bien. Quien no odia el error no ama la verdad, decía Chesterton, y la tolerancia es la “virtud” del hombre sin convicciones.

¿Quiénes son sus referentes del periodismo católico nacional? ¿Y extranjero?

Aunque muchos de ellos no son propiamente periodistas mi referencia española es Javier Barraycoa y a nivel internacional Roberto de Mattei. Y en general todo autor antiliberal y de recta doctrina como San Pío X, Salvá y Sardany, Balmes, etc. No me puedo dejar al gran Santo Tomás de Aquino y la Escuela de Salamanca con el Padre Vitoria a la cabeza. Y por supuesto estudiosos de esa santa escuela como Daniel Marín. También hay otros autores antiliberales como José María Permuy o Andrés García-Carro de los que valoro mucho sus consejos y advertencias. A nivel ascético y de vida piadosa mi compañero en Agnus Dei Prod, Carlos Bellmont. Como historiador sin duda Rafael María Molina, la persona que conozco que más sabe de historia de España. También valoro muchos su opinión y su cosmovisión católica, José Antonio. Como sacerdote valoro mucho el criterio, la buena formación y erudición del Padre Apeles.

¿Es difícil hacerse un nombre en el mundo del periodismo de nuestros días manteniéndose firme en unos principios insobornables o, cuando menos, estables?

Lo difícil es hacerse un sueldo. Si eres recto y valiente, a pocos dones que Dios te haya dado para hablar y escribir, no es excesivamente difícil destacar porque casi nadie dice las cosas claras con contundencia, empezando por la Iglesia, donde salvo contadas excepciones, es difícil oír predicar con fuerza y convicción las verdades católicas.

¿Ha sufrido, en su condición de periodista católico, algún tipo de discriminación o censura a su trabajo?

Censura casi nunca, salvo alguna pequeña frase inconveniente o ambigua en los vídeos de Militia Dei Prod. Evitamos las palabras malsonantes y aquellas cosas que supongan un peligro para la fe o entrevistar a personajes de vida incoherente. Hay que tener en cuenta que la censura es algo bueno. En el franquismo por ejemplo había censura de libros, películas... El que quisiese ver una película inmoral tenía que tomar el pasaporte e irse a Francia.

¿Se ha sentido con la necesidad de practicar algún tipo de autocensura a la hora de confeccionar sus noticias y entrevistas?

Aunque hago textos de temas históricos y religiosos, generalmente he encontrado una veta de oro en las entrevistas. Tan sencillo como intentar entrevistar a los mejores, a los que nos puedan dar luz y sabiduría. El bien es difusivo de sí. Normalmente elijo a mis entrevistados salvo que tenga que hacer alguna por encargo para prensa escrita.

Usted ha alcanzado reconocido prestigio por sus penetrantes entrevistas. ¿Qué ventajas ofrece una entrevista con respecto a una mera noticia?

Salvo que sea una noticia bomba o con una reflexión, en general siempre me han parecido más interesantes las entrevistas. En ese sentido, ideologías aparte, admiro mucho a Jesús Quintero, un maestro en un tipo de entrevistas pausadas, reflexivas e íntimas. Un servidor hasta ahora ha hecho en general en vídeo más entrevistas cortas de 15 ó 20 minutos, aunque también he hecho alguna larga de 40 a Miguel Ayuso, Fernando Paz o Eduardo García Serrano. En las entrevistas escritas lo ideal son tres o cuatro folios como mucho.

Dos preguntas quebradizas: ¿existe verdadera libertad de prensa en España? ¿Es conciliable la libertad de prensa con la doctrina católica?

De quebradizas nada, firmes como una roca. A la primera pregunta evidentemente no. No se puede defender ni el franquismo por ejemplo, ni meterte con ciertos colectivos como el lobby gay o el sionismo internacional. Ni criticar nada que sea políticamente correcto. Eso sí, ellos pueden blasfemar e insultarnos, que es libertad de expresión.

Con relación a lo segundo responderé con la introducción que hice a una entrevista:

La «libertad de conciencia» consiste en el supuesto derecho de todo hombre a pensar lo que desee. La «libertad de expresión» es el supuesto derecho de todo hombre a expresar todo aquello que piensa, y, finalmente, la «libertad de prensa», se refiere al supuesto derecho de todo hombre a poner por escrito o expresar públicamente a través de medios periodísticos aquello que piensa.

El límite de estas libertades está muy claro: el bien común y la preservación de las leyes naturales y divinas. No puede haber derecho al mal ni al error ni a lo injusto. Considerar que existe un derecho al mal o que se tiene tanto derecho al bien como al mal, a la verdad como al error es un absurdo grandísimo: es como hablar de una verdad falsa, de una justicia injusta o de un derecho torcido.

Hoy en día se habla mucho de libertades y principios democráticos cuando estos atentan en la mayoría de los casos contra el bien común y las leyes naturales y divinas. Los católicos debemos luchar con todos los medios a nuestro alcance por defender los derechos de Dios en la sociedad de manera rotunda y sin fisuras. La ley de Dios es innegociable. Los medios de comunicación deben estar al servicio del Bien y la Verdad.

Noam Chomsky dijo que la función de los mass media es entretener la mentalidad de la sociedad hacia la devoción al Sistema. ¿Qué opinión tiene al respecto?

Pues que tenía más razón que un santo. La telebasura es una máquina de hacer idiotas, ciudadanos grises e insulsos pansexualizados e infantilizados. En cambio hay alguna rara avis en este piélago de inmundicia. Por ejemplo el programa Lágrimas en la Lluvia te hacía pensar o el mítico de Garci de Cine. No digo nada de las entrevistas de Soler Serrano o Estudio 1 por ejemplo. En Agnus Dei y Militia Dei queremos hacer una televisión que ayude a pensar, a conocer y amar más a Dios. Formar e informar.

¿El periodismo católico de nuestros días estaría inserto en el mass media o más bien cabría ubicarlo en la disidencia controlada?

Si realmente es católico es disidencia pura y dura, pues Jesús vino a traer espada y ser signo de contradicción. Si se dice católico y pastelea con el modernismo es más bien un engendro.

Existen en la red muchos medios que se denominan católicos, aunque cada uno de ellos siga una línea concreta, más o menos proclive a Roma. ¿Podría enumerarnos, siquiera brevemente, estas líneas o tendencias?

La referencia es como han actuado los santos. Lo que se ha enseñado siempre y en todo lugar. Hay medios, principalmente por internet, que defienden la recta doctrina católica, libre de contaminaciones modernistas y filoliberalismos. Esos medios son católicos, apostólicos y romanos. Nosotros en nuestra modestia queremos defender la sana doctrina y combatir todos los viejos errores que ha condenado la Iglesia.

A tenor de las sensacionalistas noticias vertidas en los últimos tiempos, parece que el grueso de los medios no ofrecen noticias de la Iglesia Católica sino para atacarla, explícita o soterradamente. ¿Por qué esto es así? ¿Qué propósitos, si los hubiera, entraña tal dinámica?

Al impío le da grima la virtud. Se odia con saña a la única Iglesia verdadera no tanto a una falsa. Un rockero satánico dijo que todas las religiones eran verdaderas menos la católica. ¿Cómo van a ser verdaderas todas menos una? Una prueba de que sólo se ataca a la Verdad y de que precisamente la única verdadera es la Católica.

El doctor Ramón Roig, catedrático de Estructura de la Información, acuñó en los años 90 un singular término: infoxicación, suerte de combinación de las palabras “información” e “intoxicación”. En el contexto del periodismo católico actual, ¿hasta qué punto estimaría usted que el público español corre el riesgo de ser o estar infoxicado?

Yo creo que en la postmodernidad hemos ido más allá. Ahora la gente está intoxicada y además anestesiada y creen que están bien. El pensador argentino Leonardo Castellani explicaba de forma brillante cuatro de los grandes enemigos del hombre moderno: la ignorancia, el error, la mentira y la confusión. Ya hemos superado el lobo con piel de cordero, ahora vivimos la confusión. Nos hacen creer que el cordero es malo y el lobo es bueno.

La periodista Cristina Martín utilizó en uno de sus libros una interesante frase del músico Frank Zappa: “La cultura oficial sale a tu encuentro, pero al underground tienes que ir tú”; dígame: ¿dónde cabría localizar el periodismo católico con el que usted se identifica, en la cultura oficial o en el underground? ¿Existe acaso un término medio entrambas etiquetas?

Hace poco entrevisté a Cake Minuesa, que es católico y me puso un ejemplo: si él hace un buen reportaje hay que buscarlo expresamente para poderlo ver. En cambio te meten a Jordi Évole hasta en la sopa aunque haga una porquería, forraje propagandístico como dice García Serrano. Básicamente hay dos tipos de medios de comunicación: los poderosos medios del sistema políticamente correcto. Y los que estamos en la resistencia y disidencia. Son dos mundos irreconciliables que no se encuentran, aunque a veces podemos tener un descenso dantesco a los infiernos para cantarles las verdades.

En su periplo periodístico, ¿cuál o cuáles han sido las noticias o entrevistas más decisivas de su carrera?

Entrevistas al Cardenal Burke, Monseñor Scheneider y a personajes de la talla de Robero de Mattei, Bárcena, Ayuso, Barraycoa, Pío Moa etc. Como actor ser John Navasco en un documental contra el marxismo cultural y la ingeniería social que lleva cientos de miles de visualizaciones. O el vídeo denunciando el Master Plan que también lleva una cifra similar. También fue muy importante haber sido, por escaso tiempo, director de Adelante la Fe, quise montar una gran página, pero por misteriosos designios de Dios no pude hacerlo. Ahora estoy muy contento en mi blog de Infocatólica, y mis colaboraciones en otros medios como el Correo de Madrid, el Diestro, Diario Ya, el Español Digital, Info Hispania, Somatemps, Ahora información, etc.

He tenido una aparición en el Gato al Agua denunciando el liberalismo de la derecha en España y varias participaciones en Tele 5. La primera creí que no me volverían a llamar por la dureza de mi mensaje. Y les parecí moderado porque querían carnaza. Si vuelvo a ir tendré que tener ese equilibrio difícil de aprovechar mi oportunidad y liarla fuerte, diciendo las cosas claras, sin caer en el freakismo.

Para terminar, ¿tiene nuestra degradada sociedad española el periodismo que se merece? ¿Hay luz al final del túnel?

Tiene el periodismo que se merece el que lea esta sencilla entrevista y todas aquellas que defiendan la verdad con rectitud. Por cierto, le felicito por las preguntas. Este es el comienzo de una gran amistad. Siempre nos quedará Zaragoza.

José Antonio Bielsa Arbiol