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el periodista publica un nuevo libro, "¡salvad la civilización!", una invocación a las clases medias

Enrique de Diego: "La crisis actual viene de no haber erradicado el socialismo"

Rafael Nieto. 27 de enero.

Enrique de Diego (Segovia, 1956) sigue la senda de lo políticamente incorrecto para transmitir a la sociedad su pensamiento liberal que encierra una crítica despiadada a lo que él llama “casta parasitaria”, es decir, la clase política que vive de esquilmar a las clases medias con un latrocinio consentido. Su último libro “Salvad la civilización”, de la Editorial Rambla, es una análisis certero y muy detallado de la crisis económica mundial, y un llamamiento a los ciudadanos para que se rebelen contra el actual sistema que sólo beneficia a la elite dirigente.

Señor De Diego, ¿cree que los españoles, en general, tienen conciencia de estar sufriendo la persecución de las clases medias que Vd. denuncia en su libro?

Bueno, hay una parte de la sociedad que se está dando de bruces con la realidad, y está siendo consciente. Hay otra parte de la población que obviamente viene siendo objeto desde hace mucho tiempo, y aceptándolo, de una campaña de propaganda y adormecimiento y del desarrollo de una ideología emocional que representa casi una regresión en la condición humana: la vuelta a actitudes puramente emocionales, de tics no racionales, y esa parte de la población sin duda está fuera de juego.

El texto, que puede calificarse de “políticamente incorrecto”, dice cosas tremendas, entre ellas que en la reunión del G-20 estaban algunos de los mayores ladrones del planeta…

Primero, lo políticamente correcto es una degradación brutal del antipensamiento occidental, es la traslación a una especie de tribalismo cutre, light, puramente destructivo y nihilista, por tanto que a uno le digan que no es políticamente correcto indica que uno es humano, que uno tiene sentimientos humanos. La segunda cuestión es que efectivamente el problema con el que nos encontramos es un problema que han forzado básicamente los gobiernos, que viene de largo, que viene de no haber desmantelado el comunismo, de no haber erradicado el socialismo, que es una pseudo-religión fracasada, contraria a la condición humana, que no genera más que pobreza y tiranía, y en ese sentido ahora mismo el drama es que los gobiernos han iniciado una huída hacia delante que ya sitúan la crisis en una crisis de civilización y exige la respuesta inmediata de la sociedad civil, de las clases medias, que deben echar a estos gobiernos que han perdido legitimidad. Porque la democracia no es el gobierno de la mayoría; eso es una degradación del positivismo jurídico, es un sistema de respeto de los derechos personales, y los gobiernos no tienen legitimidad para robar a los ciudadanos.

¿Podría explicar a nuestros lectores por qué razón cree Vd. que el intervencionismo termina provocando pobreza y crisis económicas en los países donde se practica?

Es sencillo de entender. Lo que hace el intervencionismo es desincentivar, descapitalizar, asfixiar a los emprendedores, a los trabajadores, a los que tienen iniciativa. Y lo que hace es trasvasar esos fondos hurtados para comprar votos incentivando la vagancia, la picaresca, el vivir del cuento y sobre todo un planteamiento según el cual hay que desarrollar coartadas morales, falsos conflictos, problemas inexistentes a los ciudadanos para justificar el hecho de vivir de esas coartadas. Piense Vd. por ejemplo en esta gran estafa mundial del cambio climático. Recientemente leía un artículo del rector de la Universidad de Oxford diciendo que el problema de toda esta crisis económica era que a lo mejor la prioridad no iba a ser el cambio climático. Claro, produce una indignación moral leer estas cosas de los falsos líderes morales cuando el problema ante el que nos encontramos es que si no se pone remedio a lo largo del año a esta deriva, va a desaparecer del planeta una buena parte de la población por hambre. Y también en España, esto que la gente lo tenga en cuenta, porque la economía española está ya colapsada y va hacia la extensión de la pobreza.

Creo que hay prevista una nueva concentración de la plataforma de las clases medias, el 14 de febrero, ¿no es así?

Efectivamente. Queda todavía gente con coraje, queda todavía gente con racionalidad, y queda todavía gente con pasión por la libertad para dar la última batalla. Es la hora de la sociedad civil. Ya se ve que no sólo los líderes morales sino que los partidos políticos existentes están fuera de juego, están tratando de sobrevivir ellos como casta parasitaria, y engañar a la gente. El 14 de febrero, y desde aquí aprovecho para invitar a todos los amables e ilustrados lectores de DiarioYA.es, a las 12:00 horas, en la Plaza de Colón de Madrid, la Plataforma de las Clases Medias se concentra con la intención de mostrar que hay una sociedad civil fuerte, de plantear una serie de iniciativas que plantearemos allí en relación con el voto, con el ahorro y con la fiscalidad para cortar los suministros a la casta parasitaria, y pretendemos que esa concentración sea un antes y un después de la nación y en buena medida de la civilización, porque esperamos que el ejemplo prenda en esta decadente Europa y en los Estados Unidos que también sufren una notable decadencia, si no no se entendería que hubiera ganado Obama con un programa económicamente deleznable y con un programa desde el punto de vista moral absolutamente caótico, y contrario a cualquier principio de derecho a la vida. Hay que dejar claro que esto es una crisis de valores, hay que dejar claro que esto es una crisis también de fe, de religión, y que es una crisis que ya ha llegado al nivel de supervivencia. Independientemente de las creencias de cada uno, hay que recurrir a la ley natural, ir al mínimo de lucha por la supervivencia de las propias familias y por supervivencia de la propia sociedad. El 14 de febrero uno de los mensajes es que Zapatero debe abandonar La Moncloa inmediatamente.

 

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