Javier Garcia Isac. He querido dejar pasar algunos días antes de ponerme a analizar su salida. Lo cierto es que en varias ocasiones amenazó con su marcha o con no volver a presentarse como candidato en unas elecciones, y esta vez, la amenaza se convierte en realidad.
No pretendo hacer aquí un análisis sobre su figura o legado político. Es innegable que ha sido una persona relevante durante los últimos 30 años con luces y, muchas sombras, pero no es menos cierto, que ha defendido sus ideas desde la opción política que él creía mas acertada.
Prefiero analizar los motivos de su marcha y la cobardía de un Presidente de Gobierno que vuelve a insultar a su electorado.
He comentado en innumerables ocasiones que o bien Rajoy está equivocado, o lo están los votantes del Partido Popular.
Rajoy en su programa electoral promete cambiar la Ley del Aborto y encarga a su Ministro de Justicia que se ponga a ello. Gallardón prepara un ante Proyecto de Ley que restringe de forma muy tibia la Ley del socialista Zapatero. Ante-proyecto que para serles sincero, no mejoraba en mucho las opciones de vida del no nacido y, ante-proyecto, que parecía no contentar a nadie sobre todo, a aquellos que estamos a favor de la vida.
En un momento dado, Rajoy y algunos de sus capataces regionales, opinan que esto no da votos y que mejor dejarlo como estaba. Gallardón, en un acto de coherencia (poco dado en la política española), decide dimitir.
Alabo y respeto su decisión y, afeo y reprocho la conducta del cobarde Rajoy y de la de todos los pelotas y enanos que tiene a su alrededor.
Ahora resulta que el Partido Popular con mayoría absoluta, busca consenso entre aquellos que no le votaron; busca consenso con socialistas y comunistas; busca consenso con “Potemos” y “Roja Diez”, pero no busca consenso con sus votantes. No busca consenso con aquellos que un día le dieron su confianza y que son los artífices de la mayoría absoluta de la que disfrutan.
Algo no debe estar funcionando bien dentro del Partido Popular cuando dimiten sus ministros más progresistas.
La cobardía de este Gobierno y del partido que le sustenta no conoce límites y, el papelón de sus diputados y líderes regionales con tal de mantenerse en su puesto, es de vergüenza ajena. No han cambiado ni una sola de las leyes socialistas que tanto daño hacen a la identidad de España, empezando por la “Ley de La Mentira Histórica”, que deslegitimiza hasta a la propia Monarquía. El Gobierno y el Partido Popular, han vuelto a dar por perdida la batalla de las ideas y, su única argumentación de cara a las próximas citas electorales, es “nosotros o Potemos”.
El votante del Partido Popular debe perder el miedo. La inacción del Gobierno en todos los temas sociales y morales, debe hacerles reflexionar. ¿Para esto querían una mayoría absoluta?, ¿para mantener sus privilegios, sueldos y prebendas?, ¿para que todo siga igual?, ¿para que nada cambie?
Me niego a ser comparsa; me niego a ser cómplice. Estamos en la obligación de explorar nuevas opciones políticas, de reinventarnos. Lo que está claro es que lo que tenemos ni funciona, ni nos representa.