Paula Gordon Gimeno. El proceso de sucesión del príncipe Felipe como Rey de España será el siguiente: el martes día 3 de junio, tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros se aprobará una ley orgánica para regular el proceso de sucesión tras la abdicación. Esta ley orgánica tendrá que ser aprobada por mayoría absoluta del Congreso y más tarde del Senado: proceso que se calcula puede durar unas cuatro semanas. El calendario concreto lo establecerá el Gobierno que ya ha anunciado que todo se hará con carácter de urgencia.

La proclamación del príncipe Felipe como Rey de España se hará en una sesión plenaria de las Cortes, es decir, del Congreso y del Senado reunidos conjuntamente. Como ya se ha indicado en este periódico, la ceremonia de proclamación de un Rey de España tiene su origen en el Reino Visigodo de Toledo. Es una ceremonia con una larga tradición para uno de los reinos más antiguos del mundo, cuyo protocolo no incluye la invitación de monarcas o dirigentes extranjeros. Según ésta, los reyes o reinas son proclamados por las Cortes tras jurar las Leyes del Reino, en este caso la Constitución de 1978. Si bien es verdad que el ascenso al trono de España no incluye una ceremonia de coronación, la tradición impone que a la proclamación del monarca le siga una misa de Acción de Gracias que se celebraría, muy posiblemente, en la Catedral de la Almudena.

El actual Príncipe de Asturias ascenderá al trono con el nombre de Felipe VI. El nuevo monarca decidirá qué funciones tendrá su padre, D. Juan Carlos. No está previsto que se produzca ningún cambio de domicilio en las residencias ubicadas en el complejo de La Zarzuela.

La Infanta Leonor pasará automáticamente a ser considerada heredera de la Corona desde la proclamación de su padre como rey. Tal y como establece el artículo 57.2 de la Constitución, tendrá la dignidad de Princesa de Asturias y los demás títulos vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona de España. Solo cuando cumpla 18 años, Leonor tendrá, como hizo su padre, que jurar la Constitución en las Cortes.

Se ha especulado mucho sobre la fecha elegida para el anuncio de la abdicación y la precipitación aparente de la misma. Una de las razones que se barajan es la de contar con el apoyo de Alfredo Pérez Rubalcaba antes de su relevo al frente del PSOE, ya que la nueva directiva que salga de las próximas primarias del 27 de julio puede no ser tan adicta a la monarquía.

Además, hay que contar con el proceso soberanista en Cataluña, que acaparará la actualidad política a la vuelta del verano. El todavía rey D. Juan Carlos podría pensar que su hijo está en mejores condiciones de abordar e impedir el proceso separatista que él mismo.