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El historiador D. Vicente Cárcel publica documentos del Archivo Secreto Vaticano

Daniel Ponce Alegre. Teólogo. Diplomado en Seguridad y Defensa - UNED La Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) acaba de hacer público el 5º volumen de la obra del sacerdote e historiador de la Archidiócesis de Valencia D. Vicente Cárcel Ortí, con el título: “ La Segunda República y la Guerra Civil en el Archivo Secreto Vaticano. Documentos del año 1937 ”, en el que a lo largo de 1.080 páginas analiza “ los acontecimientos más relevantes de este periodo ".

Este redactor ha tenido el privilegio de leer el excelente ensayo histórico escrito por mi querido y admirado maestro en Historia y Jerarquía Eclesiásticas, D. Vicente, adscrito a Roma desde hace ya más de 40 años y que lleva más de 25 siendo el Vicario para los Sacerdotes de la Archidiócesis Valentina adscritos en Roma por motivos pastorales o de estudios. Ahora me dispongo a hacer una pequeña reseña del ensayo. D. Vicente, destaca en su libro la Carta Colectiva del Episcopado Español, del 1 de julio de 1937, que: “ fue una denuncia muy valiente de la tremenda persecución religiosa que sufría la Iglesia Católica por parte de la República, desde el mes de mayo de 1931 hasta el 17 de julio de 1936 ”. Cita, la situación que generó esta Carta: “ la quema de iglesias y conventos, la batería de leyes y normas antirreligiosas, la hostilidad contra el clero y los católicos, que nada tuvieron que ver con la Guerra Civil ”.

Los primeros mártires fueron 33 sacerdotes religiosos y seminaristas adolescentes de Oviedo, en octubre de 1934. A partir del 18 de julio de 1936, se produjo: “ la mayor persecución sangrienta conocida en la Historia de España, que provocó la muerte de 12 obispos, más de 6.000 sacerdotes, religiosos y religiosas y cerca de 3.000 seglares católicos, hombres y mujeres que jamás empuñaron las armas y fueron asesinados no por razones políticas sino por odio a la fe cristiana ”.

Según explica en su obra D. Vicente: " estos mártires no fueron víctimas de la guerra, porque el ataque de la República a la Iglesia y a los cristianos empezó cinco años antes ”. Mi querido maestro aporta, entre otros muchos, el testimonio muy elocuente del cardenal Tarancón, quien no dudó en declarar que habría firmado la carta colectiva de los Obispos españoles con motivo de la guerra en España si hubiera sido obispo en aquella fecha y reconoció la valentía de los obispos al escribirla, porque: " Pretendían descristianizar a España y convertirla en un satélite comunista de la URSS; por lo que era obligatorio empuñar las armas en defensa de la Fe ".

Por este motivo de Causa Justa o Justa Indignación,tal y como le sucedió a Jesús en el Templo o en diversas ocasiones a San Pablo con los corintios, Tarancón justificó que la Iglesia fuera beligerante y que justificara, con limpia conciencia ante Dios Padre, y ante su Hijo y Señor nuestro Jesucristo, la: " Cruzada Civil Española contra el ateísmo comunista soviético ". ¡ Qué gran enseñanza y ejemplo para nuestra CEE, nuestros obispos y los de todo el mundo ante las ideologías comunistas y socialistas que acampan a sus anchas en sus diversas manifestaciones ideológicas o partidos como Podemos y la ideología LGTB, de Género, nacionalistas, indigenistas y globalistas con el fin de hacer olvidar al Hombre que es hijo de Dios por medio del Hijo, Jesucristo !. Asimismo, otro de los temas estudiados en este volumen se refiere a las reticencias del Vaticano para reconocer al Gobierno Nacional, “ mientras mantenía relaciones diplomáticas con el gobierno republicano; un reconocimiento que no se formalizó hasta junio de 1938 ”.

El Vaticano intervino en favor de numerosos condenados a muerte y detenidos políticos en las " dos Españas ", promoviendo amnistías e intercambios de prisioneros. Una reflexión muy interesante del libro, es la que hace referencia a que: " las cuentas con la Historia no se pueden hacer destruyendo sus huellas; destruir símbolos o monumentos; intentar eliminar personas que consideramos pésimas, no contribuye a la pacificación de los ánimos y al encuentro con la verdad histórica.

La única forma de mantener viva una auténtica memoria histórica, ausente de partidismos ideológicos y de maniqueísmos nocivos, consiste en conocer y comprender, no en ocultar, negar o destruir lo que nos molesta ”. Precisamente, según apunta D. Vicente: “ estas consideraciones son necesarias para entender la importancia que encierran los documentos vaticanos publicados en esta colección y, en particular, los que se refieren al año 1937 ".

Hasta ahora, de esta colección: “La Segunda República y la Guerra Civil en el Archivo Secreto Vaticano " han salido cinco volúmenes, desde el año 1931, y faltan todavía dos, correspondientes a 1938 y 1939. Pedimos a Dios Padre, por medio de Jesucristo, el Señor, que conserve la salud y una vida larga a D. Vicente, a quien tuve el honor de conocer, y tenerlo como maestro, hace ya más de 20 años gracias a mi también querido y admirado maestro, el ya fallecido Cardenal D. Agustín García - Gasco.