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Diario YA


 

Editorial: "Un lamentable error"

El pasado viernes, durante la rueda de prensa posterior a la presentación del Diario YA (que tuvo lugar en la Asociación de la Prensa de Madrid), un intrépido reportero preguntó al director de este diario digital si desde este medio de comunicación se iban a escribir críticas hacia la Monarquía o hacia el monarca. La respuesta fue: “Naturalmente que sí”. Después, el director explicó por qué considera que la crítica, siendo constructiva, es siempre positiva, y añadió: “Vivir en la autosuficiencia es una cosa de idiotas”.

La Casa Real ha decidido, por primera vez, no permitir el acceso de los periodistas al Palacio Real con motivo de la recepción oficial con la que todos los años se celebra el Día de la Fiesta Nacional, el 12 de Octubre, Día de la Hispanidad. La principal razón que esgrime para justificar esa decisión es que “son muchos” los informadores que querían estar allí, y no hay espacio para todos. Quizá si se hubieran puesto a dieta al empezar el año las cosas hubieran sido diferentes, pero no ha sido así.
 
En esta España zapateril y separatista, si hay algo que la inmensa mayoría de los españoles ha reconocido siempre a los Reyes de España es su campechanía y naturalidad en el trato con el pueblo (entendido de la manera más amplia). Lo mismo puede decirse de su relación con los periodistas, que desde siempre han tenido en Don Juan Carlos y Doña Sofía dos colaboradores casi incondicionales. En otros países europeos, a ningún “plumilla” se le pasaría por la cabeza intentar poner su micrófono en la boca de su rey. Aquí, sí.
 
Pero esta inesperada y sospechosa decisión de la Casa Real supone una ruptura de esa relación de mutuo afecto entre la Monarquía y la Prensa, agravada con esa tontísima excusa que nadie inteligente se puede creer. La razón “real” puede ir desde el deseo de que ningún reportero hábil pregunte al Rey por cierto asunto que ha sacado hace poco un importante grupo de comunicación, a intentar evitar que se formen los famosos “corrillos” en los que algunos políticos dicen cosas de las que después de arrepienten. Sea como fuere, se trata de una forma absurda de ponerle puertas al campo.
 
Dicen que España es republicana de corazón, y eso es un dato a tener en cuenta si observamos el firme propósito de Zapatero de recuperar su falaz memoria histórica de la Segunda República. Don Juan Carlos ha sabido siempre compensar ese factor con un carácter abierto y popular, siendo durante muchos años una de las figuras intocables en la valoración ciudadana. Diario YA se atreve a sugerirle que no descuide los detalles que han propiciado esa posición tan propicia.

Martes, 7 de Octubre de 2008.

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