Principal

Diario YA


 

Editorial: "Se van de cumbre"

El mundo se prepara para vivir otra cumbre del G-20, esta vez en Londres, de la que se espera que salgan las soluciones, o al menos alguna, para la aterradora crisis que vive el planeta. Las cumbres, en este mundo con liderazgos de plastilina en que vivimos, son reuniones de las que todo el mundo espera mucho, y que habitualmente se cierran exactamente con el mismo éxito que las comisiones de investigación en España. No sirven para nada, o al menos no sirven para arreglar los problemas reales de la gente normal. Y entre la gente normal, desde luego, no incluimos a los políticos.

De entrada, Zapatero ha grabado un vídeo para mandar un mensaje de confianza y tranquilidad a los ciudadanos..., como si la tranquilidad de los españoles dependiese de una cumbre mundial. Hombre, a los españoles nos gustaría que fuera, en primer lugar, el gobierno de aquí, el propio, el que sostenemos con nuestros impuestos, el que solucionase los problemas domésticos. Pero al inquilino de La Moncloa se ve que le inspira más confianza tener a Obama a dos metros que poner la economía patria en las manos de Solbes. Cosa lógica, por otra parte.

Un Obama, por cierto, que sigue despertando la misma inexplicable fascinación que ya tuvo en las primeras horas de su mandato. ¿Pero de verdad cree la gente que este presidente va a ser distinto que otros?, ¿pero es que hay alguien que piensa que USA tiene, por primera vez, un presidente socialista en la Casa Blanca? Lo ignoramos. Pero lo que sí es cierto es que la llegada a Londres de Obama ha causado un revuelo fenomenal, y su agenda de esta semana, con distintas reuniones al más alto nivel, amenaza con contagiar su "Yes, we can" a todo el orbe.

Pero volvamos a la cumbre del G-20: en primer lugar, ¿a qué están dispuestos los gobiernos allí presentes? Porque si lo que van a hacer es escucharse y asentir con la cabeza, para después seguir haciendo lo mismo que hasta ahora, para eso es mejor que nos ahorren los viajes de avión, los hoteles de lujo y los menús de a 300 el cubierto. Si el modelo que proponen los sesudos dirigentes planetarios consiste en dejar que el mercado actúe por su cuenta y poner dinero público cuando haya que tapar agujeros, entonces mejor que no hagan nada.

Y es que también esto de las cumbres mundiales y de los viajes por el mundo forma parte del inefable show business de la política, en el que el espectáculo manda más que el fondo. De lo que se trata es de que la gente vea muchos primeros planos de rostros conocidos y mucho gesto circunspecto de honda preocupación por la salud del mundo; luego, lo que se trabaje (sic) en las dichosas cumbres, eso ya es otra cosa. Primero pagamos impuestos, luego pagamos el coste de las crisis que ellos generan, y ahora les pagamos los viajes para que se vayan de "cumbre".

Miércoles, 1 de abril de 2009.

Etiquetas:editorial