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Diario YA


 

Editorial: "Pon las tuyas a remojar"

Los resultados electorales de Austria pueden leerse de dos formas: como lo hacen nuestros queridos compañeros del diario El País (es decir, alertando contra el inminente advenimiento del IV Reich, encabezado por Haider) o desde la serenidad y el análisis objetivo de los datos y de la realidad política europea. Nosotros, que por suerte no tenemos ningún fantasma que ahuyentar en nuestra humilde redacción, preferimos la segunda.

Lo primero que hay que decir es que tanto el nazismo como el fascismo están muertos y enterrados en Europa y en el mundo. Por tanto, ese tipo de campañas alarmistas sólo pueden alarmar a quien verdaderamente no tenga una idea clara de lo que se está “cociendo” en el planeta políticamente hablando. Lo que sí tiene futuro en el Viejo Continente es una visión más realista de los problemas que tiene la sociedad moderna, libre de estúpidos complejos basados en ideologías caducas y tendente a conseguir el bien común, que debe ser el fin de toda política.
 
Las urnas han puesto al Partido Popular de Austria (OEVP) contra las cuerdas: sólo ha obtenido el 25,6% de los sufragios. No mucho mejor le han ido las cosas a los socialdemócratas, virtuales vencedores de los comicios; sólo han conseguido el 29´7% de los votos. En cambio, los dos partidos que representan lo que “El País” llama, con evidente pánico, “la extrema derecha” (FPOE y BZOE) mejoran espectacularmente sus anteriores resultados, y cosechan, juntos, un 29% de la confianza ciudadana.
 
La ley electoral de Austria impide, no obstante, que los dos partidos nacionalistas (el de Haider y el del joven Strache) puedan formar gobierno, y lo más previsible es que socialdemócratas y “populares” reediten la coalición que ambos mantenían hasta que ciertas divergencias provocaron su ruptura y la convocatoria electoral. Como bien se aprecia, también en Austria los partidos mayoritarios se meten en la cama juntos, si es preciso, con tal de no soltar el poder.
 
El Partido de la Libertad de Strache se ha convertido en la fuerza política que más ha avanzado en Austria usando eslóganes como éstos: “En casa, nada de Islam” y “Viena no debe convertirse en Estambul”. Es obvio que algo está empezando a cambiar en Europa. Se terminaron los lugares comunes, los topicazos infumables de una izquierda rancia y el discurso fofo y decadente de la derecha liberal. La gente quiere soluciones, no palabrería barata. Conviene que algunos vayan poniendo su barba en remojo.

Lunes, 29 de Septiembre de 2008.

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