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Editorial: "La última frontera"

Editorial. 7 de mayo. No todo es Política. En ocasiones, ciertas instituciones y personas consiguen reconciliarnos con el género humano. Hay un motivo para que hoy abandonemos el tono solemne de otras ocasiones y dejemos de hablar de políticos para hablar de cosas más importantes.

A lo largo de estas líneas, hemos tratado siempre de mirar los acontecimientos diarios bajo el prisma de una concepción católica del mundo. A menudo, y a la vista de la injusticia y mezquindad que rodea nuestra sociedad, hemos tenido que expresarnos con palabras amargas y a menudo desencantadas. Porque vivimos en una sociedad hedonista que no mira nunca otra cara que la que le devuelve reflejada el espejo; porque ese liberalismo salvaje que nos han hecho creer que es portador de valores eternos, no es en realidad más que un buen tipo de interés o un pelotazo en bolsa; porque si nos enfrentamos todos los días a problemas y cuestiones como el aborto y la eutanasia es porque son parte de un juego en el que cuando no se produce o cotiza, se está de más; porque a veces la reacción en la sociedad no es evidente y escapa a nuestro análisis, y creemos que todo es igual de sucio que aquello que es noticia y de lo que hablamos.

Dos elementos integran hoy nuestra portada que, en condiciones normales, en la prensa seria, en los medios dedicados al análisis político y económico, rara vez tienen cabida. Nuestro interés por ellos radica en que se encuentran en la frontera de humanidad que le resta a esta sociedad y hemos querido ver algo que escapa a la comprensión lógica del problema. Son dos fundaciones dedicadas a un mismo tema desde procedimientos distintos: la parálisis cerebral. Para nosotros es interesante la parálisis cerebral por un motivo esencial: no es un síndrome, ni una malformación; no es una enfermedad rara ni de tipo hereditario. La parálisis cerebral es un accidente; un accidente que ocurre en el momento mismo de nacer, durante el parto y por múltiples razones. No hay manera de detectarlo en el vientre durante la gestación porque no existe. Y, sin embargo, puede tocar a cualquiera y afecta a un 2,5 por mil de la población. Lo maravilloso de ser un accidente no deseado es que, a diferencia del síndrome de Down -que sí puede detectarse en el útero y ello nos priva de contemplarlo paseando por la calle- cuando muestra la cara es ya demasiado tarde para deshacerse del problema. Tal vez esto les salva la vida a estos miles de niños.

El primer elemento de los que hablábamos es uno de nuestros banners y ocupa un espacio bajo estas líneas casi desde el momento de nuestro nacimiento. Es el banner de la Fundación Gonzalo, dedicada a la gestión de ayudas para las asociaciones y fundaciones dedicadas a la parálisis cerebral, a sus familias y a su entorno. La labor social que lleva a cabo la Fundación Gonzalo es impresionante y merecerá un seguimiento especial desde estas páginas.

El segundo, hay que buscarlo entre los artículos que aparecen en nuestra columna central. También se trata de una institución dedicada a las personas que padecen esta minusvalía. La Fundación Bobath practica un método integral de atención personalizada que reúne en torno al paciente a todos los profesionales que, desde distintas disciplinas y saberes, facilitan y mejoran su conexión con el mundo. Es un método integral en el que sociólogos y pedagogos comparten trabajo con fisioterapeutas y nutricionistas para, entre todos, mejorar a cada niño según sus requerimientos. Es un trabajo de una vida.

Cada niño de estos tiene un grado distinto de discapacidad y requiere una terapia diferente. En común, todos ellos presentan el mismo problema social: el elevado coste económico que supone un niño con este problema.

Nada más nacer, la vida en el entorno familiar cambia por completo. El nuevo ser requerirá más atención que sus hermanos, más cuidados y, sobre todo, un mayor esfuerzo en su integración social. Y, todo ello, al final, se traduce en dinero, mucho dinero. Gracias a Dios, existen fundaciones como la Fundación Gonzalo y la Fundación Bobath y, por este motivo, hoy nuestro editorial está dedicado a dar a conocer su actividad y la razón de ser de su existencia. Seguiremos hablando de ellas y colaborando en la medida de nuestras fuerzas a la consecución de sus objetivos. Ningún valor tendría decirnos cristianos si somos capaces de mirar en esto para otro lado. 

 

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