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Diario YA


 

CRÍA CUERVOS… ¿Perfidia de la Iglesia?

PEDRO SÁEZ MARTÍNEZ DE UBAGO. Ahora que la profanación de los restos de Francisco Franco y su inhumación contra el deseo familiar parecen inminentes, quiero recordar que, según el DRAE, perfidia es “ Deselaltad traición o quebrantamiento de la fe debida”.
La deuda de los cristianos, no digo ya de la Iglesia, con el Alzamiento del 18 de julio, que nunca se pensó que erigiría como Generalísimo y Jefe del Estado a Francisco Franco, es innegable. En los años de la II república la situación de España llegó a ser caótica, por no acusar al gobierno de anticristiano y prosoviético- Durante esos años, que llegó a ser un régimen estalinista donde la persecución y el martirio de los católicos era tan común como en la Roma de Nerón y Domiciano o en los actuales regímenes islamistas; pero que hoy hay gente interesada en calificarla de modelo de convivencia democrática.
 Sin embargo, ahora que se habla tanto de “memoria histórica”, nadie en su sano juicio y con una auténtica memoria histórica, debería olvidar que nuestra segunda república mereció la condena de la Iglesia manifestada explícitamente en la encíclica de Pío XI Dilectissima Nobis de junio de 1933.

Hoy nos enfrentamos, no ya a la exhumación de Franco sino a la profanación y allanamiento de una abadía benedictina, cuyo prior, el padre Santiago Cantera, que no es abad mitrado conforme a la regla de San Benito, Padre de Europa, violaría el vigente concordato entre España y la Santa Sede.

Como católico, por lo cual, pese a todas mis imperfecciones humanas me declaro, me cuesta comprender el cambio de parecer de quien, de acuerdo con Juan XXIII es Mater el magistra.

La II república ya fue condenada por Pío XI: “El furor comunista no se ha limitado a matar obispos y millares de sacerdotes, de religiosos y de religiosas…, sino que ha hecho un número mayor de víctimas entre los seglares de toda clase y condición, que, diariamente, puede decirse que son asesinados en masa por el mero hecho de ser buenos cristianos o tan sólo contrarios al ateísmo comunista” [Divini Redemptoris, 19-3-1937].-

Años después, su sucesor en el Trono de San Pedro afirmaba: “La Nación elegida por Dios como principal instrumento de evangelización del Nuevo Mundo, y como inexpugnable baluarte de la Fe Católica, acaba de dar a los prosélitos del ateísmo marxista de nuestro siglo la prueba más excelsa de que, por encima de todo, están los valores eternos de la Religión y del espíritu”. (Pío XII, abril de 1939); o bien “España sin hogares cristianos y sin templos coronados por la cruz de Jesucristo no sería España (…) Habéis sabido sacrificaros hasta el heroísmo en defensa de los derechos inalienables de Dios y de la Religión” (Pío XII, 11-VI-1939).

Política e internacionalmente, sin pretender hacer ninguna apología ni cuestionar la democracia, sus actos valieron a Francisco Franco  reconocimientos internacionales como la Encomienda de la Legión de Honor Francesa, el Gran collar portugués de la Torre y la Espada, la peruana Gran Cruz de la Orden del Sol o la Suprema Orden Ecuestre de la Milicia de Nuestro Señor Jesucristo, máxima condecoración de la Santa Sede.
De hecho, el 6 de noviembre, la Iglesia conmemora la Fiesta de los beatos Mártires de la persecución religiosa en la II República. Sin juicios de valor sobre esa república, donde la persecución y el martirio de los católicos era tan común como en la Roma de Nerón y Domiciano o en los actuales regímenes islamistas; pero que hoy hay gente interesada en calificarla de modelo de convivencia democrática. Se podrían decir muchas cosas, como que sus dirigentes se fueron a vivir a Ruria o Méjico, gracias a los tesoros del oro de Moscú o los del barco Giralda. Lo cierto es que tal fiesta conmemora miles de españoles, hoy muchos beatificados o canonizados, mártires de la II República. Lo cierto es que, en os españoles tenemos un doble motivo para regocijarnos y honrar, con palabras de Benedicto XVI, a quienes “dieron su testimonio de vida por la Vida, pudiendo muchos de ellos librarse del martirio si renegaban y perdonando expresamente la mayoría de ellos, a quienes ejecutaban las penas de muerte impuestas por el odio a la fe. A diario tenemos noticias de mártires en la Iglesia de los años 34 y 36-39”.

Para quien esto escribe es muy probale que el Alzamiento, evitando que España se convirtiera en un soviet o en otra Rumanía, salvó a la la Iglesia y sus miembros, con todo lo que ello merece. Pero ahora, un reciente comunicado del Vaticano en base a la sentencia del Supremo implica de facto la asunción de la potestad sobre la exhumación de Francisco Franco- pero en desacuerdo con el derecho común (ius gens) que atribuye el derecho sobre cualquier muerto a sus familiares más cercanos, y el Canónico, tal profanación de una basílica benedictina, es decir, de un un cuerpo con nombres y apellidos, así como de un lugar sagrado dependiente del Abad de Solesmes y, en último término del Papa puede negarse, según recoge el canon 332.1 del Código de Derecho Canónico vigente.

En el contexto legal de la pretensión del Generalísimo Franco, es lo que da respuesta a este plan de La Moncloa. La Basílica –iglesia abacial del Valle de los Caídos– es un lugar de culto, por lo que se le aplica el artículo 1.5 del Acuerdo España – Santa Sede sobre asuntos jurídicos de 1979 que garantiza su inviolabilidad con arreglo a las Leyes.

La Abadía del Valle de los Caídos y su Prior, el P. Santiago Cantera,  constituyen un monasterio autónomo por ser una casa religiosa de monjes bajo el régimen y el cuidado del superior propio (can. 613.1 del Código de Derecho Canónico vigente). Lo que tiene como consecuencia que la Abadía esté bajo el régimen y cuidado de su superior propio, y no de otra autoridad eclesiástica superior (el obispo diocesano, según el Canon 615) que únicamente disfruta de una facultad de vigilancia para velar por el cumplimiento por el prior administrador de las normas canónicas y de las concordatarias. Por consiguiente, la única autoridad que tiene potestad canónica reconocida por el Acuerdo concordatario de 1979 y el Derecho español para autorizar la entrada de cualesquiera agentes del Estado, gubernativos o judiciales, incluído el TSP. en la Basílica del Valle de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.

Sin entrar en otras consideraciones, negar los derechos sobre el cuerpo de un difunto a su familia, así como negar el sacrilegio de profanar una tumba en lugar sagrado son más que cuestionables.

¿Cómo puede explicarse que la Iglesia se doblegue ante eso? La respuesta es otra y poco grata.  El 29 de junio de 1979, Pablo VI, declaraba: ““…Diríamos que, por alguna rendija misteriosa – no, no es misteriosa; por alguna rendija, el humo de Satanás entró en el templo de Dios. Hay duda, incertidumbre, problemática, inquietud, insatisfacción, confrontación”.

Hoy, la cuestión está más clara, si sustituimos “humo de Satanás” por masonería. Para nadie es secreto que, el 1 de marzo de 1940, el Jefe del Estado español, a la sazón Francisco Franco, promulgó la “Ley de represión sobre el comunismo y la masonería”. Por desgracia, en la actualidad, la masonería impera tanto en España como en el Vaticano, lo que hace que ambas jefaturas de estado tengan como enemigo a su enemigo común, Francisco Franco.

En prueba de ello, me limito a reproducir lo que recientemente publicaba el coronel, don José María Manrique en su artículo “Al hilo de la entrevista Parolín-Calvo: ¿Signos de reconocimiento o de ostentación?”, entrevista que, casualmente, ha vuelto a repetirse el pasado fin de semana.

Reproduzco a continuación al coronel Manrique; y al lector queda interpretar esas imágenes y valorar los signos que se muestran en ellas, incluso venciendo el pánico al precipicio que abren·.

                 

 
Toque de Pase ó Saludo SHIBBOLETH (Santo y seña).  La mano se toma como en un apretón de manos ordinario y el masón presiona con la parte superior de su pulgar contra el espacio entre el primero y segundo nudillo o falange su compañero masón, quien hace lo mismo.
  
Toque Real ó JACHIN (ó Jakin/Jaquín; significa dios ha establecido) El toque de Compañero se hace apretando con el pulgar sobre la segunda falange o nudillo. 
Jaquin y Boaz son las columnas de los templos masónicos. El Generalísimo Franco se inspiró en ellas para su seudónimo Jackin  Boor
 

¿Cómo puede ser que se haya pasado el magisterio de Pío XI o de Pío XII a lo que dice Francisco? ¿Cómo que del episcopado, saludando a Franco brazo en alto a su actual indiferencia? ¿Cómo de lo que en su día escribió el Cardenal Gomá a la actual actitud de l os cardenales Osoro o Blázquez? Creo que “el humo de Satanás” es la respuesta.

Un refán español dice “cría cuervos y te sacarán los ojos”. A pesar de la aparente perfidia y de la hipocresía jesuítica, y me atengo al DRAE, de la actual jerarquía católica, encabezada por un peronista mimeteizado con la Junta Militar de Argentia y que hoy muestra sus cuernos y sus adláteres, no puedo reconocer la imperfección de la Iglesia y su Magisterio, pero sí la de algunos eclesiásticos actuales, por alto que sea su rango.

Por ello, apelo a Dios y a su juicio, y cito la lectura del pasado jueves 10 de octubre” Lectura de la profecía de Malaquías (3,13-20): “Vuestros discursos son arrogantes contra mí –oráculo del Señor–. Vosotros objetáis: "¿Cómo es que hablamos arrogantemente?" Porque decís: "No vale la pena servir al Señor; ¿qué sacamos con guardar sus mandamientos?; ¿para qué andamos enlutados en presencia del Señor de los ejércitos? Al contrario: nos parecen dichosos los malvados; a los impíos les va bien; tientan a Dios, y quedan impunes." Entonces los hombres religiosos hablaron entre sí: "El Señor atendió y los escuchó." Ante él se escribía un libro de memorias a favor de los hombres religiosos que honran su nombre. Me pertenecen –dice el Señor de los ejércitos– como bien propio, el día que yo preparo. Me compadeceré de ellos, como un padre se compadece del hijo que lo sirve. Entonces veréis la diferencia entre justos e impíos, entre los que sirven a Dios y los que no lo sirven”.