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Diario YA


 

Aproximadamente

Enrique de la Puente
Recuerdo que en un viaje en autobús, de esos que hacemos anualmente con los compañeros de carrera, después de que un coche hiciera una maniobra peligrosa, que hizo frenar a nuestro conductor, les planteé a mis compañeros la siguiente cuestión: cuanto más tiempo estés en la carretera conduciendo, con más posibilidades de tener un accidente te encuentras ¿cierto? Cierto – me contestaron - ; a continuación les dije: según las estadísticas aproximadamente en el 25 % de los accidentes que se producen, el conductor había ingerido alcohol  ¿cierto? Cierto – me contestaron -; seguidamente les comenté: también según las estadísticas, casi el 15 % de los accidentes los sufren coches con más de 10 años de vida ¿cierto?  Cierto – me contestaron -. La lección “magistral” consecuente era fácil: según esto, los accidentes los sufren el 75 % de conductores que no habían bebido y el 85 % de los que circulan en coches nuevos; como además cuanto más rápido vayas menos tiempo tardas en llegar, parece que tendrás menos probabilidad de tener un accidente si vas a toda pastilla, algo bebido, y circulando en tu coche viejo.
Mis compañeros han cursado una carrera que trata de conocimientos complejos y difíciles, pero se quedaron pensativos y empezaron las disquisiciones. No voy a contar lo que siguió, pero fue interesante, quizá en otro artículo, pero quedó claro que siendo técnicos y amantes de lo concreto, las aproximaciones no eran lo nuestro.
No quiero pronunciarme contra la estadística, ciencia que me ha ayudado a lo largo de mi vida profesional en planificación, pero sí quiero llamar la atención sobre la importancia de saber utilizarla. Es evidente que la conclusión expresada al final del primer párrafo no es acertada y recomiendo a todos los conductores que respeten las normas de tráfico. Tampoco es cierto que la estadística nos garantice una verdad o una justicia, pues cuando escuchamos, al producirse en una votación una proporción del 60 % y 40%, que aproximadamente la mitad de los votantes han llegado a una mayoría que determina la verdad o lo justo que puede haber sido lo consultado, si la encuesta se hubiese hecho entre tres leonas y dos gacelas, para establecer el menú del día, las consecuencias para las gacelas no serían justas, a no ser que una de las leonas fuera vegetariana, lo cual no es probable.
Ah, y que nadie se meta conmigo por haber puesto hembras en el ejemplo, porque son las leonas las que se encargan de la caza; con las panteras creo que son los machos los que cazan, pero no estoy dispuesto a hablar de “panteros”, con esas normas de lenguaje, que parece que nos quieren imponer.
 ¿Y por qué estoy hablando de esto? Pues porque trabajando con informaciones antiguas me topo con una página de ABC, la 21 del martes 20-02-90, en la que leo: El Tribunal Constitucional da la razón al PSOE y confirma el resultado de Pontevedra. Y considera “irregularidad menor” que haya 32 votos más que votantes. Como me imagino que todavía no hemos llegado al “1984” de Orwell, la página se podrá encontrar en las hemerotecas. La cabeza me está dando vueltas al ver cómo el tribunal, que vigila el cumplimiento de la norma garante de nuestra convivencia, se dedica también a pronunciarse sobre aquello de la estadística de “casos favorables partido por casos posibles”, estableciendo que es una irregularidad menor el que los casos contabilizados sean mayores que los posibles. Como evidentemente no soy jurista, no sé si el tribunal en cuestión tiene esas atribuciones, pero lo dudo. Que nadie se meta conmigo por haberme atrevido a cuestionar las atribuciones del Constitucional.
Y digo esto de que nadie se meta conmigo porque estamos llegando a un punto en el que los “Artículos de Opinión” se van a ver reducidos a “el, la y lo”, y ya se nos está diciendo sobre qué se puede opinar y sobre qué no, y cuándo se puede opinar, y en qué sentido hay que hacerlo. En fin, vivir para ver.