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Diario YA


 

Hay quien dice que sigue la famosa “hoja de ruta” que denunció Mayor Oreja

¿Qué está pasando con el PP vasco?

Miguel Massanet Bosch.   La frase proverbial: “los árboles no dejan ver el bosque” quizá nos pudiera dar la explicación de porqué a determinados  acontecimientos que se están dando en el País Vasco no se les presta la atención que parece que debería dárseles o por qué el PP de dicha autonomía  parece tan satisfecho de haberse conocido cuando ha estado cediendo, durante mucho tiempo, a las provocaciones de los partidos nacionalistas y ha practicado una política de complacencia para  mantener su pacto contra natura con el señor Patxi López del PSE. No parece que esta coalición haya conseguido grandes avances en cuanto a detener el impulso creciente del nacionalismo extremista vasco, representado por Batasuna y su filial BILDU. Tampoco se puede decir que haya contribuido a favorecer las perspectivas electorales de cara a los próximos comicios en el País Vasco, que según todas las encuestas parece que van a consolidar a la fuerza política proetarra. Lo cierto es que, el gobierno del señor Rajoy, parece que, tanto con la señora Sánchez Camacho como con el señor Basagoiti está pretendiendo, o al menos lo ha intentado, navegar entre dos aguas cuando, por una parte, da la sensación de que buscan un acercamiento hacia el PNV como si aceptasen algunas tesis que sostiene respecto a las víctimas del terrorismo, seguramente por resultar incómodas respecto a posibles acuerdos políticos de acercamiento de presos etarras al territorio vasco o a ciertas concesiones penitenciarias que pudieran favorecerlos.

Resulta extraño que, a este congreso del PP vasco, no asistan personalidades tan importante de la política antiterrorista como el señor Mayor Oreja o la señora San Gil o la presidenta de la AVT, señora Ángeles Pedraza (ha alegado tener problemas de agenda para poder asistir al acto) y, por otra parte, se hayan olvidado de invitar a una de las figuras señeras de las víctimas, como es el señor Francisco Alcaraz, una persona que no se muerde la lengua y dice las cosas con claridad, quizá con demasiado claridad para el gusto de algunos directivos del PP. Lo cierto es que el PP está actuando, en ocasiones, como si, en alguna forma, quisiera acercarse al PNV sin que pareciera que cambia de actitud respecto a la cuestión terrorista. Hay alguien que ha sugerido que, en realidad, están siguiendo la famosa “hoja de ruta” a la que, tantas veces, ha aludido el señor Mayor Oreja; aquella que se puso en marcha durante el gobierno del señor Zapatero.

En todo caso, el Congreso del PP parece que no votará en contra del plan de reinserción de los presos de ETA, algo que levanta chispas en la asociación de víctimas del terrorismo y que parece que tiene cierta sintonía con lo que se pedía desde aquella famosa Comisión Internacional de Verificación (CIV), que se creo en el pasado mes de septiembre, en vísperas de la declaración definitiva del cese de la violencia por parte de la banda ETA. Entonces, desde el PP, se rechazó de plano la intervención de aquellos entrometidos a quien nadie, excepto quizá los etarras, les había dado vela en aquel entierro. Curiosamente, no sabemos si por casualidad o por estar informados de la celebración del Congreso sobre la Memoria y la Convivencia 2012 que se va a tener lugar en breve, organizado por el lehendakari señor Patxi López, en Bilbao, los señores de la CIV han aprovechado la ocasión para  regresar al País Vasco y entrevistarse, de nuevo, con empresarios, partidos, y agentes sindicales y sociales con intención de superar un momento que consideran de “estancamiento”, en cuanto a perspectivas de consolidación del fin de la violencia. Naturalmente, nada de la entrega de las armas, nada de la disolución de la banda ni pedir perdón a las víctimas, algo con lo que parece que, el señor López, está perfectamente de acuerdo.
 
Según declaraciones del Ejecutivo de Victoria, el Gobierno vasco está comprometido en hacer irreversible la paz y en asentar la memoria (¿a qué tipo de memoria se querrán referir, como no sea el recuerdo de los casi 900 asesinatos perpetrados por ETA?) y la convivencia (¿a costa de qué renuncias, de qué trágalas y de que concesiones a los asesinos?). Es evidente que, en todo este proceso, la palabra que más se escucha es la de  la “paz”, el “plan de paz” etc. lo que significa politizar lo que, desde un principio, no ha sido más que una serie de asesinatos perpetrados por unos criminales que se han querido justificar con una pretendida “guerra” para lograr la independencia de Euskadi. Estamos, por consiguiente, ante otro intento  de legitimar a ETA desde un punto de vista político, que busca sentar a los asesinos en la misma mesa que el Estado, para una negociación política de un “tratado de paz” en el que, cada parte, propone sus condiciones en plan de igualdad.¡Vamos, una rendición en toda la línea!
 
Nos encontramos ante la pretensión, y el señor López lo ha venido insinuando en sus últimas declaraciones, de darle el carpetazo a más de 30 años de muertes y atentados, en pro de una hipotética paz, dejando en libertad al señor Otegui ( para López no tiene sentido que continúe en prisión) cuando sigue cumpliendo una sentencia que ha sido confirmada por el TS; de insistir en la legalización de Batasuna, el hilo conductor de la banda ETA y corresponsable, con ella, de tantos atentados y muertes; de descartar que, los etarras, deban de pedir perdón a las víctimas y, en eso, vean ustedes por donde, parece que coincide con dos prelados vascos, el señor Setien y el señor Uriarte, de conocidas simpatías por la banda criminal, lo que llevó al Vaticano a obligar al primero a dimitir de su cargo episcopal. Por lo visto, siguen emperrados en defender la causa de los etarras y, no tanto, en compadecerse del dolor y desesperación de las víctimas. 
 
El señor Uriarte que, por cierto, es tío de la abogada de terroristas, la señora Jone Goirizelaya, se manifestó en el sentido de que, a las víctimas, “no les corresponde tener un peso decisivo” ni tampoco “inhibir los movimientos del Gobierno que puedan conducir a una reconciliación” ¡Si señor, y puestos a ello ¿por qué no una reconciliación con todos los criminales que están recluidos en las cáceles españolas, algunos con menos culpa que los criminales etarras?! Pero es que, el señor Setién, es un viejo conocido de los españoles, que siempre ha venido sosteniendo la legitimidad de los actos de ETA y de la independencia del país vasco. Ambos hablan de conciliación y de la necesidad de que las víctimas renuncien a sus pretensiones de que se haga justicia, en aras de que, los masacradotes, puedan retornar a la vida normal como si nunca hubieran cometido delito alguno. ¡Y, señores, a este congreso van a asistir viejos conocidos como el periodista señor Gabilondo el amigo íntimo de Zapatero y uno de los que más se han destacado en defender al PSOE, intentando justificar su errónea política y sus resoluciones, que nos han conducido al estado de precariedad en el que nos encontramos!, también una terrorista italiana perteneciente a las Brigadas Rojas, Adriana Faranda, Jon Sintiaga, el productor de cine Elías Querejeta, Edorta Martínez el diputado del PSE  Emilo Guevara o el antiguo miembro de ETA, Teo Uriarte.
 
Pero, lo que más nos preocupa que, quien vaya a concurrir a este Congreso y quien va a tener el “honor” de clausurarlo, va a ser nuestro ministro de Interior, señor Fernández Díaz. ¿Ustedes lo entienden? Pues yo, desde luego, no. Así no se cumplen las promesas de regeneración democrática y de valores que nos prometieron. O, al menos, señores, es lo que a mi me parece.

 

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